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"Cinema Paradiso"

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sábado, 6 de octubre de 2018

"Chakushin Ari / One Missed Call" de Takashi Miike (2003) - Por Rommel Vásquez Caro

LLAMADA PERDIDA
(One missed call) (Chakushin ari)
Dirección: Takashi Miike (2003)
#ReseñasCinefilasTerrorAsiatico



“Llamada perdida” no es sino otro exponente de esa auténtica franquicia del género de terror en que se ha convertido el cine asiático de los últimos años. Siguiendo la estela de éxitos como “The Grudge” o, sobre todo, “Ringu”, la cinta que nos ocupa se propone hurgar de nuevo en los recovecos de lo cotidiano y la tecnología (en este caso, la telefonía móvil) a fin de rescatar esos momentos en los que la normalidad se cruza con lo sobrenatural, para dar como resultado una sucesión de secuencias cargadas de tensión (y, más puntualmente, sobresaltos). Todo lo cual, visto el panorama actual del cine de terror, ya es mucho decir.


La premisa de la que parte el relato es tan sencilla como inquietante: una noche, una joven llamada Yoko (Anna Nagata) recibe un mensaje en su buzón de voz fechado dos días más tarde. Aunque el número le resulta desconocido, sí reconoce la voz: de he-cho, es la suya propia, que remata el mensaje con un grito desgarrador. Cuando dos días más tarde Yoko muere de forma violenta, exactamente a la misma hora del mensaje, su amiga Yumi (Kou Shibasaki) empieza a sospechar que un ser sobrenatural está usando la agenda telefónica de Yoko para desencadenar una espiral de muerte entre sus amigos.



Con guión de Yasushi Akimoto y Minako Daira, basado en la novela de Akimoto, “Llamada perdida” parece seguir una de las premisas más satisfactorias a la hora de generar suspense: no ocultar información al espectador, sino todo lo contrario, compartir la suficiente.


Alfred Hitchcok sostenía que se puede crear un gran impacto en el espectador ofreciendo una conversación cotidiana entre dos personas que culmina con la repentina explosión de una bomba de cuya existencia el espectador no estuviera al corriente; pero que, sin embargo, el (efímero) impacto de la primera opción podría dar paso a un (constante) estado de nervios crispados y suspense si esa misma conversación se desarrollara con el público siendo consciente desde el principio de la existencia de la bomba.


Este último es, básicamente, el caso de “Llamada perdida”: gracias a esos mensajes en el buzón de voz, suerte de neo-profecías de la era del SMS, todo el mundo sabe perfectamente no sólo cuándo van a morir los personajes, sino también cuáles serán las últimas palabras que pronuncien, lo cual no hace sino acentuar el suspense de dichas secuencias.


De este modo, la película se convierte por momentos en un juego postmoderno, donde se invita a que el espectador rastree, en el transcurso de los acontecimientos, el desencadenante de esas palabras letales que sabe previas al consabido asesinato (eso sí, no por consabido, menos truculento de lo esperado).

Dirigida por un realizador de culto como Takashi Miike (tan particular, tan trasgresor que el único título de su prolífica filmografía que vimos estrenado en España con anterioridad a “Llamada perdida” fue la sobrecogedora “Audition”), no deja de resultar paradójico que el mayor logro de esta película radique quizás en su eficacia.


Nada en ella chirría en exceso (tal vez un epílogo demasiado prolongado) pero, como obra de Takashi Miike, tampoco hay en ella nada que llegue a fascinar.


En cualquier caso, podemos afirmar que como cinta de terror alcanza sus objetivos ampliamente: consigue que haya suspense en las escenas de suspense (brillante el desarrollo de la secuencia en el plató de televisión), terror en las escenas de terror (a destacar, sin duda, las que tienen lugar en el viejo hospital, espeluznantes) y una historia medianamente elaborada que consigue mantener el interés a lo largo de todo el metraje.


Todo tan correcto, en fin, como fue típico en esa época del boom de locas con cabello largo: tuvo su inevitable “remake hollywoodiense”


“Kwaidan / El Más Allá” de Masaki Kobayashi (1964) - Por Frank Binueza



Colección de cuatro clásicas historias japonesas sobre fantasmas, no relacionadas entre ellas, y cada una con un sorprendente final. En “Pelo negro”, un samurái abandona a su esposa para casarse con una mujer adinerada; años después, arrepentido de sus actos, vuelve a casa para realizar un terrible descubrimiento. En “La Mujer en la Nieve”, dos leñadores se refugian de una tormenta en un cobertizo abandonado, en el lugar una enigmática mujer perdona la vida del más joven con la condición de nunca revelar lo que ha pasado. En “Hoichi”, un talentoso músico ciego es llevado cada noche por un samurái, para que interprete una balada a su señor, sin sospechar que su distinguido público no pertenece a este mundo. Por último, “En la Taza de Té”, un samurái se asusta ante la visión de un hombre reflejado en su taza de té, pronto la locura invade su existencia.



“Todo ha sido una gran ilusión… excepto el que los muertos te hayan venido a buscar…”



Las historias de fantasmas forman parte clave de la rica tradición ancestral japonesa, que hasta en la actualidad se mantiene de forma orgullosa en el legado de dicha sociedad. A finales del siglo XIX, el escritor griego-irlandés, Lafcadio Hearn, decidió compilar varias de esas maravillosas historias en su reconocido libro “Kwaidan: Stories and Studies of Strange Things”, en donde la mayoría de estas historias fueron traducidas de viejos textos japoneses, además de contribuciones de conocidos del escritor. “Kwaidan” es una transliteración arcaica de “Kaidan” que significa “historia de fantasmas”.



En 1964, el talentoso Masaki Kobayashi, reconocido por películas como “La Trilogía de la Condición Humana”: “No Greater Love” (1959); “Road to Eternity” (1959); y “A Soldier’s Prayer” (1961), o “Harakiri” (1962), se dio a la tarea de trasladar a la gran pantalla estas historias llenas de samuráis y hechos sobrenaturales.



“Kwaidan” es un filme deslumbrante, de ritmo pausado, con largos silencios en donde las acciones de los protagonistas sobrepasan la necesidad de diálogos o musicalización, mientras un omnipresente e invisible narrador, nos da las pautas necesarias para introducirnos a cada historia. Los espectaculares decorados que sirven para trasfondo de la acción, nos transportan a la época feudal japonesa, mientras que los caprichosos ángulos de cámara, delatan los giros sobrenaturales de la historia, creando detalladas narraciones que sorprenden con sus inesperadas conclusiones.



ALERTA DE SPOILERS
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“Kurokami / El Pelo Negro”

Basado en el cuento “The Reconciliation”, inicia como una usual historia de época, un samurái en desgracia abandona a su esposa, para aprovechar un matrimonio por conveniencia, sin embargo el recuerdo de su vida anterior hace que su nuevo matrimonio sea infeliz, añorando regresar con su esposa, pero su regreso será el peor error que haya cometido en su vida…



“Yukionna / La Mujer de la Nieve”

Según palabras de Hearn, un agricultor de la provincia de Musashi, le contó esta historia, siendo además el primer registro del mismo dentro del folclor japonés. El encuentro entre un joven leñador y una enigmática mujer que asesina a su maestro, harán que su vida sea un infierno, pero cuando conoce a una hermosa mujer con la que se casa, no sospecha que su vida dará un giro inesperado. 


“Miminashi Hōichi no Hanashi / Hoichi, el Hombre sin Orejas”

Esta es la sección más larga de la antología, que además de mostrar la historia del talentoso músico ciego “Hoichi”, incorpora “El Cuento de Heike”, una canción que relata el final de la larga disputa entre los clanes Heike y Genji, en la denominada guerra de Genpei. Esta historia rompe el esquema de amor y traición de las narraciones anteriores, para enfocarse en la defensa del honor y la celebración a los caídos. Además de poseer varias escenas filmadas en impresionantes locaciones naturales.


“En una Taza de Té / Chawan no Naka”

Es la sección más corta y quizá la que más giros inesperados posee, contada utilizando la técnica de “historia dentro de una historia”, un escritor habla sobre como la mayoría de leyendas japonesas, quedan inconclusas, dejando al lector la libertad de elegir el final, mientras cuenta la historia de un samurái que inesperadamente descubre una enigmática cara mientras bebe de una taza.



FICHA TÉCNICA:

Nombre: “Kwaidan / El Más Allá” (1964)
Director: Masaki Kobayashi
Guion: Yôko Mizuki, basado en el libro “Kwaidan: Stories and Studies of Strange Things” de 1903, escrito por Lafcadio Hearn.
Reparto: Tatsuya Nakadai, Rentarô Mikuni, Katsuo Nakamura, Kenjiro Ishiyama, Kei Sato, Takashi Shimura, Michiyo Aratama, Haruko Sugimura, Kunie Tanaka, Keiko Kishi, Tetsurô Tanba, Noboru Nakaya, Kazuo Kitamura.
País: Japón.
Género: Terror, Drama, Samuráis, Antología.



domingo, 23 de septiembre de 2018



“Pee Mak Phra Khanong / Pee Mak: Una Historia de Amor y Fantasmas” de Banjong Pisanthanaku (2013)

Siam, Siglo XIX. Mak (Mario Maurer) se ve obligado a abandonar a su esposa embarazada para unirse a la guerra, durante el comienzo de la dinastía de Rattanakosin. Tras sobrevivir milagrosamente, invita a cuatro amigos a su casa en la aldea de Phra Khanong, para presentarles a su esposa Nak (Davika Hoorne) y a su hijo Dang. Aunque todo parece normal, los amigos de Mak escuchan un terrible rumor en el pueblo, al parecer durante la guerra Nak murió, y quien los ha recibido es su fantasma…


“Tú sabes que le tengo miedo a los fantasmas…”


Uno de los directores tailandeses más exitosos de los últimos años es Banjong Pisanthanaku, quien no teme incursionar en géneros tales como la comedia romántica, el melodrama o el terror, lo que dejó claro en sus primeros dos filmes, “Shutter” (2004) y “Alone” (2007), ambas intensas historias sobre fantasmas. 


Sin embargo con “Pee Mak Phra Khanong”, aunque mantiene el tema de los fantasmas, da un giro inesperado al presentar una comedia de terror con toques románticos. Esta película está basada en una de las leyendas más reconocidas del folclore tailandés, “Mae Nak Phra Khanong”, la historia de un amor eterno, sobre un soldado que vuelve de la guerra para reencontrarse con su mujer e hijo, sin sospechar que ambos murieron durante el parto, mientras la furiosa fantasma mata a cualquiera que trata de separarla de su esposo.


De forma inteligente, introduce referencias a la cultura pop mundial en un entorno típicamente del sudeste asiático, incluyendo más de alguna referencia moderna que da un toque de metaficción a la historia. Los personajes masculinos son los que cargan por completo con el aspecto cómico, mostrándolos torpes y llenos de miedo, mientras que Davika Hoorne en el papel de “Nak”, brinda la perfecta combinación entre belleza y terror, no en vano fue apodada como “Hermosa Fantasma”.


Una interesante sorpresa que te sacará carcajadas y más de alguna lágrima, un giro de tuerca a las tradicionales historias de fantasmas asiáticos, que vale la pena ver.



FICHA TÉCNICA:

Nombre: “Pee Mak Phra Khanong / Pee Mak: Una Historia de Amor y Fantasmas” (2013)

Directores: Banjong Pisanthanaku

Guion: Chantavit Dhanasevi, Nontra Kumwong, Banjong Pisanthanakun.

Reparto: Mario Maurer, Davika Hoorne, Nattapong Chartpong, Pongsatorn Jongwilak, Wiwat Kongrasri, Kantapat Permpoonpatcharasuk, Sean Jindachot.

País: Tailandia.

Género: Terror, Comedia, Romance.


"Kario / Pulse" de Kiyoshi Kurosawa (2001)



Kairo (Pulse) 
Pais: Japón
Año: 2001
Género: Terror/suspenso 
Director: Kiyoshi Kurosawa
Protagonistas Kumiko Aso, Haruhiko Kato, Koyuki, Kurume Arisaka



"Resulta muy curioso (y acojonante) que mi ordenador haya empezado a dar problemas justo los días en que he intentado hablar de Kairo (2001), película que ha estado dando vueltas por el depósito de reseñas de este blog durante ya varias semanas. Si no he mencionado antes esta cinta de Kiyoshi Kurosawa (nada que ver con el otro Kurosawa de los seis samurais más uno) ha sido porque he intentado también buscar la mejor manera de abordarla, ya que no es una película fácil de resumir para mí. Los que sigan esta nota del terror oriental sin duda la conocerán, ya que fue una de las que más ayudó a popularizar este sub-género en Occidente, y por razones mucho más que las que pueda ofrecer una moda pasajera. Sí, ya lo puedo adelantar: es una obra maestra.



Decir de qué trata no es sencillo, pero lo intentaré: todo comienza cuando Michi, una joven que trabaja en una floristería de Tokio (o al menos creo que es una floristería; nunca queda muy claro) decide ir al piso de un amigo que lleva varios días sin aparecer en el trabajo. Al llegar allá, se da cuenta de que el amigo en cuestión no ha salido de casa en varios días, y aunque al principio nada parece demasiado extraño, pocos minutos el chico se suicida prácticamente frente a sus narices. Este evento es solamente uno que se repite incesantemente entre varias personas de toda la ciudad, que acaban voluntariamente con su vida o simplemente desaparecen (a veces delante de incrédulos testigos). Todas las muertes y desapariciones parecen estar relacionadas con una misteriosa página web que promete interacción con fantasmas, así que Michi y un joven estudiante intentan llegar al fondo del asunto mientras el mundo entero se desmorona a su alrededor, víctima de una ola de fatalismo que se apodera de cada vez más personas.



Al principio, y dada la trama anteriormente descrita, Kairo parece una entrada más a los típicos clichés del cine de terror oriental: fantasmas de cara blanca y pelo largo y una "maldición" que se propaga a través de la tecnología, pero estos detalles anecdóticos, a diferencia de otras cintas del mismo género, son sólo el punto de partida. La película de Kurosawa maneja ideas mucho más interesantes, utilizando el devenir de la tecnología como una metáfora del Apocalipsis. En Kairo, la tecnología es fría y alienante, e incluso aquello que supuestamente une a las personas termina aislándolas y dejándolas a merced de una fuerza sobrenatural que se nutre precisamente de esa soledad. De esta manera, el Fin del Mundo que sugiere no es dramático como un incendio, sino lento y gradual como una lámpara que se apaga.



Otra cosa que diferencia esta película de sus antecesoras niponas es el alcance. Mientras que Ringu (1998), Dark Water (2002) y Ju-On (2003) tienden a ser intimistas, Kairo es épica, y aunque parezca increíble, lo logra a la perfección. A medida que va avanzando la película y vemos a una megalópolis como Tokio convertirse lentamente en un lugar atestado de "fantasmas", nos damos cuenta del poder que sugiere la metáfora empleada por Kurosawa. El director, además, logra algo magistral (y muy difícil) en la manera como deja abierto a la interpretación el origen real de la amenaza que se cierne sobre los personajes. El final es, asimismo, tan poético, tan macabro y tan inquietante, que trasciende la pura forma del terror y pasa al terreno especulativo que hace grande al cine de género. Y es que Kairo funciona no sólo como peli de miedo, sino también como comentario de una sociedad tecnócrata, distante y alienante, de un reino de soledad que se manifiesta en un paso hacia el reino de los muertos. Pero también funciona a un nivel menos intelectual: no pasa casi ni un minuto sin que asistamos a otra de esas imágenes y atmósferas que se superponen en un crescendo aterrador e inquietante. Kurosawa ha logrado, sin duda alguna, una de las películas de terror orientales que perdurarán en nuestra memoria mucho después de que la fiebre del horror asiático y sus refritos haya dejado de existir.



Decir más es inútil. De hecho, creo que ya he dicho demasiado. Tienen poco menos de un mes para conseguir esta película antes de que su inevitable remake americano aterrice en los cines de este país. Háganlo. Es una orden."

-Ricardo Riera(HORAS DE OSCURIDAD)





“Saam gaang yi / Three… Extremes” de Fruit Chan, Park Chan-wook y Takashi Miike (2004)



Tres historias independientes, cuya única conexión es la monstruosidad del ser humano. En “Dumplings”, unas misteriosas empanadillas parecen contener el secreto de la eterna juventud, una mujer rica dispuesta a cualquier cosa por conseguirla, deberá enfrentar las consecuencias de su vanidad. En “Cut”, la perfecta vida de un director de cine se torna en pesadilla, cuando un desconocido lo secuestra junto a su esposa, y lo obliga a tomar una terrible decisión con el fin de mantener la integridad física de la mujer. Por último, en “Box”, una joven escritora vive atormentada por la muerte de su hermana cuando eran niñas, mientras el sentimiento de culpa vuelve la realidad cada vez más confusa…



“De las pesadillas de 3 maestros del horror…”



Tres historias inquietantes, tres directores de tres países diferentes, un único denominador común, la maldad. Siguiendo el concepto de la película “Three” de 2002, pero esta vez con directores mucho más establecidos, “Three… Extremes” es una interesante colaboración entre el taiwanés Fruit Chan, el surcoreano Park Chan-wook y el japonés Takashi Miike, que sirve para mostrar las concepciones que tiene cada uno sobre el “horror”.



Este tríptico del horror asiático, es una buena introducción para aquellos para aquellos que desconocen por completo del género, ya que muestra historias profundas y espeluznantes, en poco menos de cuarenta minutos cada una, escapando de las concepciones clásicas del horror, mostrando que lo peor en este mundo es lo que nosotros mismos causamos.


ALERTA DE SPOILERS
























En la primera historia, “Dumplings”, la obsesión por la belleza y la juventud, hacen que la protagonista, una actriz retirada no ponga demasiados reparos al ingrediente secreto del bocadillo que le devuelve el vigor perdido: fetos humanos. Pero la vanidad será su perdición.



En “Cut”, la aparente vida perfecta de un director de cine, genera la envidia de un psicópata. El director es un hombre rico, guapo, con una bella esposa y en especial, una “buena persona”, pero tras esta fachada no todo es lo que parece.


Para terminar, en “Box”, una joven escritora “recuerda” con mucha culpa la muerte de su hermana, una muerte de la que indirectamente responsable, pero el pasado y el presente se vuelve cada vez más confuso, con un inesperado final.



FICHA TÉCNICA:

Nombre: “Saam gaang yi / Three… Extremes” (2004)

Directores: Fruit Chan, Park Chan-wook y Takashi Miike

Guion: “Dumplings”, Lilian Lee; “Cut”, Park Chan-wook; “Box”, Bun Saikou, Haruko Fukushima 

Reparto: Bai Ling, Pauline Lau, Tony Leung Ka Fai, Meme Tian, Miriam Yeung, Sum-Yeung Wong, Kam-Mui Fung, Ho Chak-Man, Wong So-Fun, Lee Byung-Hun, Won-hie Lim, Kang Hye-jeong, Dae-yeon Lee, Gene Woo Park, Mi Mi Lee, Kim Gyu-sik, Jung-ah Yum, Kyoko Hasegawa, Atsuro Watabe, Mai Suzuki, Yuu Suzuki, Mitsuru Akaboshi, Lee Jun-goo, Wai-Man Wu, Miki Yeung, Kai-Piu Yau.

País: Taiwán, Corea del Sur, Japón.

Género: Terror, Antología.





domingo, 9 de septiembre de 2018

“Aku no Kyōten / Lesson of the Evil” de Takashi Miike (2012) - Por Frank Binueza



Seiji Hasumi (Hideaki Itō) es un joven, atractivo y respetado profesor de inglés, que de forma desinteresada interviene en los problemas personales de cada uno de sus alumnos. Sin embargo el centro de estudios, poco a poco se va trasformando en un hervidero de bullying, acoso sexual y otro tipo de corrupciones no menos despreciables, lo cual empieza a afectar el estado de ánimo del profesor de forma visible. Rodeado por toda esta atmósfera de vileza, Hasumi decide mostrar su auténtica naturaleza e impartir una lección verdaderamente memorable, asesinar a todos sus alumnos…



“Este mundo es sólo para ambiciosos y criminales hambrientos de poder… No para asesinos psicópatas…”



Takashi Miike no es un director que guste de mantenerse encasillado, prueba de esto es “Lesson of the Evil”, un inusual slasher japonés en el que el controvertido director imprime su conocida marca en un subgénero habitualmente subestimado. Basada en la novela homónima de Yusuke Kishi, “Lesson of the Evil” presenta no sólo la historia de un psicópata escondido tras una máscara de normalidad, sino que también hace una velada crítica al estricto sistema educativo japonés y a la solitaria vida de la sociedad contemporánea.



La historia hace constantes referencia a “The Sorrows of Young Werther” del alemán Goethe, y a la mitología nórdica, y tiene como principal leitmotiv la canción de origen alemán “Mack the Knife”, originalmente escrita por Bertolt Brecht, y que aparece en diversos tramos de la película.



El filme se divide claramente en dos secciones bien diferenciadas, un largo y hasta tedioso prólogo en el que se muestran los problemas escolares, y como el antagonista trata de remediarlos de la mejor manera (no sin algún asesinato de por medio), hasta llegar al clímax de la historia, un exagerado festín de sangre, en donde la única lección que aprendemos es que una escopeta es quizá una de las peores armas para cometer una masacre, y de que nunca “Mack the Knife” sonó más fuera de lugar en un filme de “terror”…



FICHA TÉCNICA:
Nombre: “Aku no Kyōten / Lesson of the Evil” (2012)
Director: Takashi Miike
Guion: Takashi Miike, basado en la novela homónima de Yûsuke Kishi)
Reparto: Hideaki Itô, Takayuki Yamada, Shôta Sometani, Ruth Sundell, Fumi Nikaidou, Kento Hayashi, Howard Harris.
País: Japón.
Género: Slasher, terror, thriller.



"The Wailing" de Na Hong-jin (2016)



CINE DE TERROR ASIÁTICO

The Wailing (2016)

Dirección: Na Hong-jin
País: Corea del Sur

Sinopsis: Un policía de una pequeña comunidad rural surcoreana investiga una serie de asesinatos inusuales por su carácter aparentemente arbitrario y por su tremenda violencia. Al principio se sospecha que estos crímenes pueden estar ligados a una rara enfermedad que se va apoderando del pueblo, pero pronto empieza a asomar la posibilidad de que tengan un origen sobrenatural.



Na Hong-jin y su operador Hong Kyung Pyo retratan con energía y sugestión al dibujar una atmósfera opresiva, reforzándola con elementos climáticos insistentes como la lluvia o la oscuridad. En efecto, es raro el momento de la trama que se da un respiro, literalmente, al ambientarse a la luz del día; e incluso cuando no amenazan directamente las fuerzas de la naturaleza, unos esporádicos planos generales de su localización, con los montes boscosos, el lago grisáceo o el cielo nublado, deshacen su neutralidad descriptiva para adquirir un tono ominoso. 



En este contexto adverso es por tanto en el que deben luchar los personajes, condenados sin remedio, por mucho que para sobrevivir intenten también transformar su condición. Así ocurre con el protagonista, individuo como decíamos bastante patético y frustrante, que con el discurrir de los acontecimientos cobra el aliento trágico del héroe insospechado. Por otro lado, este componente irracional queda estructurado en sentido técnico por un montaje en paralelo que a ratos resulta bastante confuso, saltando de una breve escena a otra sin aparente conexión espaciotemporal. El montaje incluso rompe a veces con la inmersión visual que se ha ido creando, como en el plano secuencia de seguimiento que, siempre bajo la lluvia, introduce la primera escena del crimen: plano que sin embargo se resuelve a destiempo, demasiados segundos después de que el agente haya cruzado la cinta policial levantada por un compañero para dejar pasar también a la cámara (ya que tras el caminante no hay nadie más). 


En realidad, más que un error que quebraría la suspensión de incredulidad, este detalle puede tener otro significado, como es el de invitar desde un comienzo al espectador a adentrarse con el protagonista en el infierno del que ni él ni nosotros somos aún conscientes. En este sentido, la primera parte de la película sigue una dirección un tanto incierta, al compás de las pesquisas infructuosas de los asesinatos; mientras que la segunda se asienta (con prolongadas secuencias climáticas como la caza al japonés en la montaña) en un escenario ya más familiar y a la vez desconocido, por brotar entonces con todo su impacto las raíces de la perversidad. En cierto modo es como si el director y guionista hubiese jugado con nuestras expectativas para terminar por devolvernos a esa esencia que alimenta todo este tipo de cine, que no es otra que la de la fatalidad del hombre (Fragmento de la reseña escrita por Ignacio Navarro M.)


sábado, 1 de septiembre de 2018

"Suicide Club" de Sion Sono (2002) - Por Rommel Vásquez Caro





TERROR ASIÁTICO

SUICIDE CLUB (Sion Sono, 2002)

54 colegialas protagonizan un suicidio masivo al tirarse a las vías del metro de Tokio. 
Este suceso que deja atónitos a los investigadores. Es sólo el principio de lo que parece ser una serie de suicidios en cadena por todo Japón. 
El detective Kuroda y su equipo intentarán encontrar una respuesta, que no resultará tan sencilla como desearían.

----------------------------¿Qué es lo que nos une al mundo?-------------------------


Lo que más me sedujo a la hora de ver el film es el por qué de ese suicidio colectivo. Me resultó muy inquietante que una cosa así volviera a las pantallas recordando los suicidios de las sectas alrededor del año 2000. Pero no tiene nada que ver y no lo descubrirá hasta el final.

Otro punto que generara inquietud, y que he de confesar que me ha costado encontrarle una explicación, son los parches de carne humana cosidos unos a otros y que se encontrará en la escena de los suicidios. Adelanto que el final es un tanto gris, de esos que te deja pensando, muy típico del cine japonés, donde no se tienen todas las respuestas, o se debe visionar la película veria veces (por muy masoquista que suene) para esclarecer algunas cosas de este interesante film.

Suicide Club bebe de la mezcla de varios géneros: terror psicológico, gore, policiaca, colegialas, fans grupos, crítica social. El director, Sion Sono, sabe jugar con todos ellos para crear una tensión, un interés por la película. Creo que lo mejor que hace es administrar los silencios para así generar la inquietud en el espectador, así como los ruidos cortos y estridentes, los tic-tac de los relojes, los claros y los oscuros.


No podemos decir que Suicide Club sea la mejor película del mundo, ni por trama, ni por efectos que son un poco b-movie, incluso el film da sensación de er má antiguo, como si fuera de los años 90, pero justamente en esa estética se apoya el género que defiende Sion Sono y que a mí personalmente me entretiene. Siempre busco una película diferente, que no sea A-B-C y Suicide Club definitivamente lo es.

«Aunque estuvieras muerto la conexión con tu novia seguiría. ¿Entonces por qué continuas viviendo?»

Suicide Club tiene una ruido de fondo que es la conexión que tenemos con el mundo, la conexión que existe con las personas, en definitiva, ¿cómo trabajamos la amistad, el amor, los sentimientos?


También existe un segundo ruido de fondo que son los mensajes subliminales. ¿Pueden ser capaces de hacer que hagamos cosas sin darnos del todo cuenta? inquietante....

Suicide Club fue muy aplaudida en cuando se presentó durante su estreno en distinto festivales tanto en Japón como en otro países, dejando esa sensación extraña en el espectador que no sabe realmente que es y esta sensación podría durar una cuantas semanas dando que pensar.

Leyendo un poco más sobre la película he encontrado que existe una secuela de Suicide Club que lleva por título "Noriko’s Dinner Table", del mismo autor, la cual se da antes, durante y después de este film, poco después, el director escribió un libro titulado "Suicide Club: The Complete Edition" que narra los hechos de las dos películas como una trama única. Además se han hecho mangas de la película. Bastante dió de que hablar definitivamente...

Rommel Vásquez