Sin dudas el nombre de Henry Lee Lucas estará siempre presente en boca y sobretodo en la memoria de todos los norteamericanos, y no por ser alguna especie de héroe nacional, sino por lo impactante y macabro de su historia. Henry creció en medio de una familia desestructurada, envuelto en maltratos, alcohol (su padre) y la prostitución (su madre y posteriormente el mismo). Viola (madre de Henry) fue una mujer calculadora y manipuladora, que constantemente maltrato físicamente a su hijo, llegando al punto de hacerle perder el ojo izquierdo en su niñez, no contenta con ello, vestía de mujer al pequeño Henry y lo mandaba así al colegio, provocando la burla y humillación de sus compañeros, esto sin dudas marcaria su niñez, y tendría consecuencias funestas más adelante.
A la edad de 23 años aproximadamente, en una discusión que sostenía con su madre, este terminaría asesinándola y posteriormente violándola. Naturalmente iría a la cárcel y durante 4 años sería sometido a rigurosas pruebas de electroshock en una institución mental, posteriormente seria llevado a la cárcel, donde sufriría constantemente violaciones por parte de sus compañeros y en 1975 seria puesto en libertad, es desde ese entonces en donde comenzaría a tejer su historia.
Es pues esta historia que tomaría el director John McNaughton para realizar en 1986 su película “Henry, retrato de un asesino”, el cual recién se pudo estrenarse en 1989 por diferentes problemas de distribución. Este trabajo es sin dudas uno de los más inquietantes en cuestión a los asesinos seriales que se han visto a lo largo de la pantalla, con una narración “llana” en cual conforme corren los minutos se empiezan a acumular los asesinatos, pero se dan de forma inesperada, casual, repentina, causando en el espectador sobresaltos, llegando hasta la desesperación. Destacando el realismo de las escenas, que sin dudas han sido muy bien logradas.
Hay una serie de elementos que destacan en la película, uno de ellos es sin dudas el guion muy bien logrado, el cual fue trabajado notablemente por el director en colaboración de Richard Fire, notándose ciertas referencias de películas notables como Psicosis entre otros.
Otro punto a destacar de la película, tiene que ver con las actuaciones, el trio que sin dudas sube la historia y toda la película en sí, la interpretación del trío protagonista es magnífica, también difícil de ver por cualquier ejemplar contemporáneo. La violencia y la asepsia emocional que sugiere Michael Rooker son tremenda, sin caer en sobreactuación alguna.
La película presenta una fotografía naturalista, siendo un genial Charlie Lieberman el responsable directo de ello, impresiona sin dudas los pasajes de la ciudad de Chicago donde transcurre gran parte de la historia.
La cinta de McNaughton es una obra perturbadora de culto del cine independiente norteamericano el cual obtuvo reconocimiento a mejor película en el Festival de Sitges de 1990.
Debo advertir que las escenas que se muestran son explicitas y pueden llegar a incomodar a los más susceptibles, una de las escenas que estarán siempre en la retina de quien vea esta notable cinta tiene que ver con el asesinato de dos prostitutas, para la cual Henry les rompe el cuello, y luego sin inmutarse se va con su compañero a comer unas hamburguesas. Para concluir debo mencionar que existirá la duda sobre el alcance de las matanzas de este perturbado personaje, en una supuesta confesión realizada por Henry se adjudicó el asesinato de más de 900 personas, aunque otros dicen 360.
Película altamente recomendable para todo aquel amante de este tipo de cintas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario