Un espacio crítico de cine donde podrás encontrar la mejores reseñas de películas y directores de diferentes paises del mundo y todos los géneros del Séptimo Arte
"El chico que miente" (2010) de Marité Ugás. (Venezuela).
Sinopsis: Un chico de 13 años inicia un viaje por la costa de Venezuela y, para lograr sobrevivir, usa sus dotes de seducción, reinventando una y otra vez su propia historia en la tragedia del deslave. Poco a poco se irá revelando su verdadero pasado. Hace 10 años el deslave le arrebató a su madre, ahora él cree que la puede encontrar. Le espera un difícil camino, pero también un mundo por descubrir.
"Jericó, el infinito vuelo de los días" (2016) de Catalina Mesa. (Colombia).
Sinopsis: Umbral entre documental y ficción, 'Jericó, el infinito vuelo de los días' es un caleidoscopio de retratos íntimos de mujeres del pueblo de Jericó, en Antiquia, Colombia. A través de un itinerario sensible y musical se tejen los encuentros y las conversaciones entre ellas, de edades y condiciones sociales diferentes. Una a una se van revelando sus historias de vida, sus espacios interiores, su sentido del humor y su sabiduría. Facetas profundas y auténticas del espíritu femenino de nuestra cultura que celebran y preservan el patrimonio inmaterial colombiano.
"Alba" (2016) de Ana Cristina Barragán. (Ecuador).
Sinopsis: Alba, una niña de 11 años, debe ir a vivir con su padre, Igor, debido a la enfermedad de su madre. Igor es un hombre obsesivo y solitario, a quien ella apenas conoce, que después de separarse de la familia se encerró en una casa pequeña. La convivencia para Alba es casi insoportable; su padre le recuerda todo aquello que la acompleja de sí misma.
"Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo" (2008) de Yulene Olaizola (México).
Sinopsis: En una esquina de la Colonia Anzures, en México D.F., se ubica la casa de huéspedes de la abuela de Yulene Olaizola –directora del filme–, un refugio por donde han pasado todo tipo de personajes. Olaizola recuerda que a la edad de 10 años conoció a uno de ellos, Jorge Riosse, excéntrico y carismático personaje quien le cantaba y la pintaba en sus cuadros.
"Cuchillo de palo" (2010) de Renate Costa (Paraguay).
Sinopsis: Con la imprescindible ayuda de su cámara, la joven Renate Costa (en su primer largometraje) indaga en la memoria de su familia (sobre todo, de su padre) sobre la biografía oculta de su tío, homosexual perseguido por su opción sexual durante la dictadura del paraguayo general Stroessner, en un retrato de realidades que tal vez no estén tan alejadas de nosotros como pudiera parecer. El título hace referencia a que en una familia de herreros, el tío fue el único de la familia que no quiso seguir la tradición de dedicarse a esa profesión.
"De jueves a domingo" (2012) de Dominga Sotomayor.
Sinopsis: Dos niños viajan junto a sus padres hacia el norte de Chile por un fin de semana largo. Mientras la soledad del paisaje y el encierro del auto evidencian los conflictos de la pareja, Lucía y su hermano van contra el viento, sin saber cómo esta última oportunidad se va convirtiendo en la despedida del padre y posiblemente en el último viaje familiar.
"La hamaca paraguaya" (2006) de Paz Encina.
Sinopsis: Junio de 1935. En un lugar de Paraguay, Cándida y
Ramón, un matrimonio anciano de campesinos, esperan el regreso de su hijo, que
partió al frente para luchar en la Guerra del Chaco. También esperan la llegada
de la lluvia (que no llega nunca), del viento (que no sopla), que el calor
desaparezca (que sigue impertérrito a pesar de la estación) y en definitiva esperan
que las cosas mejoren. Pero dentro de la pareja cada uno ve las cosas a su
manera: Ramón, hace frente a la espera con optimismo, mientras que Cándida está
convencida de que su hijo ha muerto. Sin embargo, los papeles se invierten
durante la espera: el padre y la madre reciben una señal del hijo, que les va a
hacer cambiar de actitud y postura.
"Elena" (2012) de Petra Costa. (Brasil).
Sinopsis: La historia narra el devenir de Elena Costa, una joven brasileña que viaja a Nueva York para cristalizar un sueño que también fue de su madre: ser actriz. Los resultados no son los que ella esperaba y Elena toma una decisión que afectará a toda su familia: el suicidio.
El
18 de enero se estrenó en Caracas lo más reciente del realizador
José G.Hernández. El
filme, en palabras de
su
propio director “dice lo que muchos quieren
callar”.
Reseñas Cinéfilas estuvo en su lanzamiento.
Ernesto Soltero
Una de las primeras cosas que nos
aclara José Gregorio Hernández, realizador de la película El
Secreto de mi Amigo Sebas,
es su precaución al co-escribir el guión y contar la historia. Al
igual que otras películas venezolanas, “Mi amigo Sebas” se basa
en una historia real, cuidándose de utilizar nombres o lugares
reales, o al menos cambiándolos sutilmente, tal como se hizo en el
pasado con filmes ya clásicos comoCangrejo(Chalbaud, 1984) evitando,
de esta manera, percances legales como el de la película El
Inca(Castillo, 2016) censurada
el año pasado por una orden judicial.
La historia, sórdida, sin embargo, no
es contada por simple capricho. Es cercana al director (quién además
produce, y hace dos papeles) no sólo por la cercanía geográfica
(se desarrolla en Zulia, tierra natal del cineasta) sino porque la
familia del involucrado (no del actor, sino de la persona que inspiró
a uno de los personajes protagónicos) es allegada a la familia del
director.
El Secreto de mi amigo Sebas
es además una cinta hecha con presupuesto privado, algo digno de
admirar en un país como Venezuela. El mismo realizador ha invertido
su propio dinero, arriesgándose con una producción poco
convencional, aunque no por ello difícil de entender. Entre sus
referencias están Gaspar
Noe y
John
Cameron Mitchell,
conocidos por sus controvertidas obras. La carrera paralela del
director, quién es además, médico cirujano, ha servido para
conseguir los fondos necesarios.
Realidad
grotesca, pero intencional
“El Secreto” es una película
chocante. Si bien, desde hace algunos años, el tema de la identidad
de género ha sido una constante en el cine veneco, con cintas
galardonadas en festivales como Cannes
o en certámenes como los Goya,
aquí el tema es abordado desde una perspectiva poco digerible,
incluso para el público homosexual. Hay un momento en el cual
presenciamos sexo heterosexual, y sin embargo, no es algo que se vea
con beneplácito. No necesariamente se tratan de escenas grotescas,
es que hay mucha realidad.
El film está entre lo masivo y lo
experimental. Tiene un estilo narrativo no líneal, al cual nos hemos
ido acostumbrando desde los ´90 gracias a directores como Tarantino
y Noe. José G. Hernández está, sin embargo, más cerca de este
último. No hay nada de humor negro en su propuesta. Todo ello se
adereza con movimientos bruscos de cámara y una música incidental a
veces perturbadora, elementos estos que no son colocados al azar.
En cuanto al score
del film, éste pertenece a Alejandro Silva, un autor que sigue un
poco la línea de compositores como Miguel
Angel Fuster,
quienes añadieron algo de música progresiva al cine venezolano
durante los años ´70/80. Hay además una influencia digamos
“Almodovaresca”, al incluir piezas musicales de cantantes como
Yuri e Isabel Pantoja, quienes nos ubican no sólo en la década de
los ´80, sino también en el ambiente gay.
De las actuaciones, la más
destacable, sin duda es la de William Goite, conocido por sus papeles
en otros films exitosos como Azul y no tan Rosa o Las Carasdel Diablo. Se desdobla en el personaje hasta volverse
irreconocible. El joven Favio Nayid por otra parte, representa bien
la nueva camada de actores nacionales, aunque el tiempo nos dirá cuan versátil es como artista histriónico. En cuanto al
director cumple bien su rol en los dos papeles a su cargo, aunque
como hijo de Sebastián Toledo, el personaje que le da nombre al
film, logra un acento más neutro que castellano.
Una película interesante desde el
punto de vista artístico, la cual, posiblemente, generará taquilla
al tratar un tema tabú, poniendo el dedo en la yaga al resucitar un
caso que conmocionó a la sociedad marabina a principios de los años
´80. Tal como ocurrió con películas como Irreversible (la
comparación no es casualidad) seguramente obtendrá algunas críticas
negativas basadas no en la calidad del film, sino en su uso poco
amigable del sexo y la violencia. Recomendable para quienes necesitan
historias e imágenes duras para hacer catarsis.
Sobre
el Director
José Gregorio Hernández no es ningún
santo ni venerable. Es un cineasta y médico cirujano zuliano que en
ocasiones ha mezclado el área audiovisual con la medicina,
particularmente a través de programas televisivos como Medicarte.
Nada de eso se ve en la película, salvo en la profesión del
protagonista y los análisis forenses. Su filmografía incluye dos
cintas, Intimo Relato (su ópera prima) y Ámbar, ésta
última a estrenarse a finales de año, con la actuación de Caridad
Canelón.
No
crean que se trata de un film totalmente fiel a la realidad. Como
toda película biográfica, Tamara (Elia Schneider, 2016) se permite
algunas licencias creativas. Así lo han aclarado públicamente los
realizadores de esta pieza cinematográfica, sin que la congresista
Tamara Adrián (representada en la gran pantalla por Luis Fernández)
haya dejado de prestar su apoyo a la misma. Aclarado este aspecto, el
referente a la veracidad de esta cinta, sólo queda responderse si el
resultado final es bueno o malo.
Podemos
empezar hablando del tratamiento dado al personaje protagónico. Se
trata de un individuo nada identificado con el rol masculino asignado
por la naturaleza. Un personaje que al igual que Lili Elbe,
protagonista del oscarizado film La Chica Danesa, se asume como una
mujer en cuerpo de hombre. Pero a diferencia de Lili Elbe, Tamara (en
su étapa pre-operatoria) no muestra síntomas de amaneramiento, un recurso utilizado por los realizadores para romper con ese cliché del gay afeminado. El
uso de maquillaje y tacones hace que Teo, el futuro transexual, se
asemeje más un artista glam (al estilo de David Bowie en los años
´70) que a una persona con tendencias homosexuales.
Nada
de lo dicho en el párrafo anterior es una crítica negativa. Es más
bien una descripción de como un tipo de personaje con tendencia a
ser rechazado socialmente puede, de cierta manera, generar más
empatía con el público al ser liberado del estereotipo del
amaneramiento. Se percibe como una persona excéntrica, pero normal,
más parecida a un rockero con maquillaje que a un travesti.
Esto
quizás no sea 100% eficaz en un país con tantos prejuicios como
Venezuela, pero puede lograr calar en un sector de heterosexuales que
si bien no sataniza la homosexualidad, tiende a ridiculizar el
comportamiento femenino en los hombres. En general hay una
insistencia (quizás innecesaria) en mostrar el lado viril de un
futuro transexual, al plantear situaciones como la relación entre el
abogado y profesor Teo Almarza con una atractiva e intelectual alumna
universitaria. Todo
ello acompañado por la música del grupo de rock caraqueño Zapato
3.
Pero
todo esto quizá no son más que son opiniones personales. Se trata de una película muy
bien hecha, con un guión sin fisuras (co-escrito por la directora,
con la colaboración del uruguayo Fernando Batazzoni) y con
actuaciones aceptables que se agradecen (todavía) en el cine
venezolano. Es destacable, por ejemplo, el papel de Mimí Lazo,
esposa en la vida real del actor Luis Fernández, y madre de
Teo/Tamara en la ficción fílmica, quién asume su rol histriónico
sin ninguna clase de complejo.
El
libreto logra salir airoso al contar una historia de manera
coherente, sobretodo al utilizar recursos como los flashbacks o
saltos temporales al pasado sin que ello haga perder el interés del
espectador.
Tamara,
la película, no es precisamente una obra maestra, pero logra cumplir
su cometido de hacernos reflexionar sobre las libertades
individuales, en este caso ligadas a la identidad sexual. Ese tema,
quizás superado en otros lugares del mundo, sigue estando vigente en
América Latina. Correos electrónicos y comentarios ofensivos en
internet dirigidos a los promotores de la cinta así parecen
confirmarlo.
Si creías que la primera película de Quentin Tarantino fué "Perros de
Reserva" estás muy equivocado! pues para 1987 Tarantino ya había
realizado su primera película de larga duración, es decir, un
largometraje propiamente dicho, escrito, actuado y dirigido por el
mismo.
Lamentablemente casi toda
la película fué victima del fuego inclemente, algunos dicen que fue por
un accidente, otros dicen que el mismo Tarantino quemó la película
causando el accidente y solo quedando disponible los 36 minutos que yo
pude ver para hacer esta reseña.
En el film se puede observar a
un Tarantino muy joven, actuando y ya creando lo que sería su primera
etapa en el cine con el genero del NOIR en un fim en completo blanco y
negro: gansters, drogas, sangre etc etc. Lo más destacable es la misma
actuación de Tarantino la cual no deja para algún papel secundario como
sería su costumbre sino que asume el rol del actor principal en su
primera pelicula.
La Película trata de lo siguiente: Es el
cumpleaños de Mickey y su novia le ha dejado, así que su amigo Clarence
decide organizarle una fiesta de cumpleaños que nunca olvidará. Su
duración inicial eran 69 minutos, pero como indiqué anteriormente,
aparentemente hubo un incendio en donde se guardaba y sólo pudieron
recuperarse 35 minutos de metraje. Al estar incompleta, es Reservoir
Dogs (1992) la cinta que está considerada su debut. Como curiosidad, a
posteriori, parte del guión de esta película fue la base que usó el
mismo Tarantino para reescribir el de la cinta "Amor a quemarropa", que
acabaría dirigiendo Tony Scott. Hay una escena donde se usa el mismo
dialogo de acostarse con Elvis Presley que hace Tarantino en "El
cumpleaños de mi Mejor Amigo" de 1987 y que luego hace exactamente igual
Christian Slater en "Amor a Quemaropa" en 1993.
Bueno aqui les
dejo lo que se puede ver de la primera película de Tarantino, donde
realmente debutó como director, actor y guionista :D Está en Youtube con subtitulos en Español! nos leemos en la proxima reseña cinéfila!!
“Los Peces Fuera del Agua” es una película salvadoreña de 1969, escrita
y dirigida por José David Calderón, y protagonizada por las actrices
salvadoreñas Isabel Dada y Gilda Lewin, y el actor guatemalteco Ernesto
Mérida. Está basada en la obra teatral “La Puerta Cerrada”, escrita por
el mismo José David Calderón, y ganadora de los Juegos Florales de
Quetzaltenango, Guatemala, en 1954. Es considerada la primera película
salvadoreña de ficción.
Las hermanas Olivia (Isabel
Dada) y Ester (Gilda Lewin), viven enclaustradas en su casa, entre
juegos infantiles y remembranzas del pasado. Ester es una mujer viuda
que se ocupa casi exclusivamente de cuidar a Olivia, su hermana menor,
soltera, aspirante a pianista de conciertos y mentalmente inestable. La
monótona vida de las hermanas es interrumpida, cuando por cuestiones
económicas, le alquilan una habitación a Julio (Ernesto Mérida), un
actor de mediana edad que ha llegado con su compañía de teatro a la
ciudad. La llegada de Julio, crea ilusiones entre las hermanas, ya que
lo ven como un “Mesías” en sus vidas, sin embargo también trae fatales
consecuencias para los protagonistas…
José David
Calderón, fue un pionero de la industria cinematográfica en El Salvador,
iniciándose en la radio, luego de estudiar televisión y publicidad en
México y Cuba, fundaría su propia empresa, Cinespot, con la que
produciría anuncios publicitarios y audiovisuales, incluyendo la primera
telenovela salvadoreña en 1959, “Más allá de la Angustia”. En 1967
realizó el cortometraje de ficción “El río de Oro”, y dos años más
tarde, produjo “Pasaporte al mundial”, un documental sobre los partidos
clasificatorios de la selección salvadoreña de fútbol para el mundial de
México 70, su primer éxito taquillero.
Con la
intención de hacer cine comercial en El Salvador, y apoyado en el éxito
de “Pasaporte al Mundial”, inicia la producción de “Los Peces Fuera del
Agua”, su filme más representativo. Utilizando como guion la obra
teatral de su autoría, “La Puerta Cerrada”, Calderón nos introduce en el
enigmático mundo de las hermanas Olivia y Ester, un antiguo caserón de
grandes corredores, muebles de mimbre y tenebrosos jardines. La dinámica
de las hermanas es muy introspectiva, por un lado Olivia vive en un
mundo irreal, con la mente de una niña y las inquietudes de una mujer,
es una persona perturbada mentalmente, de carácter “demasiado sensible”
según su hermana; Ester por otro lado es una viuda que sacrificó su vida
artística para apoyar la carrera de Olivia, pero la situación de su
hermana las ha dejado aisladas del mundo, sin oportunidad de escape.
Todo cambia con la aparición de Julio, un pasional actor extranjero, que
hace fantasear a ambas mujeres con un futuro lejos una de la otra,
fuera de esa casa que se ha convertido en una prisión.
Tachada de “lenta e intelectual” en su época, la película hace gala de
secuencias oníricas, encuadres arriesgados, claroscuros enigmáticos y
largos silencios, con clara influencia europea, a la altura de las
corrientes cinematográficas de la época, aún con su escaso presupuesto.
Los siguientes proyectos del director quedaron truncados por la convulsa
época, en donde los golpes de estado eran comunes, y la falta de apoyo
al cine y a las artes en general era palpable, situación que se mantiene
actualmente, aun así José David Calderón es reconocido un pionero en su
campo, y el primero en intentar crear una “industria cinematográfica”
en El Salvador.