SCARFACE
(CARACORTADA/ EL PRECIO DEL PODER, Brian De Palma, 1983)
Remake de un clásico de 50 años antes: Caracortada, terror
del hampa (1932), dirigido por Howard Hawks y escrito por Ben Hetch, inspirado
en la vida del mafioso Al Capone, película que también provocó protestas por su
violencia implícita y, curiosamente, algún crítico asalariado del capo la tildó como “una versión distorsionada de
los valores empresariales de América” o algo así.
En 1983, escrita por Oliver Stone, nuestro viejo amigo Brian de Palma,
actualizaba el tema del ascenso de un delincuente de poca monta que se
convertía en un auténtico rey del crimen organizado, esta vez venía de Cuba,
durante el éxodo de 1 millón 250 mil isleños cuando Fidel Castro permitió que
desde el puerto de Mariel salieran opositores al régimen y de paso, purificó
sus cárceles, pues una quinta parte eran individuos con antecedentes
criminales. Así llega Tony Montana a Florida acompañado de su fiel amigo Manny Rivera
y desde el comienzo sabemos que este angelito llegará lejos en el submundo
del hampa.
Caracortada, obvio apodo para un sujeto con una cicatriz en
el lado izquierdo del rostro, cuya maldad le facilitará el camino desde sicario
a segundo de un mafioso local y
posteriormente, al traicionarlo, a hampón mayor y zar del narcotráfico.
Precisamente el vicio hacia la cocaína tanto suyo como de su esposa marcarán su declive, sumados a su comportamiento
totalmente antisocial, su amor evidentemente incestuoso hacia su hermana y su
gusto por las armas, confluyendo en un
sangriento desenlace.
Tony Montana es una caracterización brutal de Al Pacino que
nos hace olvidar que ya había interpretado otros personajes. El contenido Michael Corleone se psicopatiza
en un repulsivo ser hiperquinético que
no mide obstáculos hasta llegar a su objetivo, aunque tiene sus principios: ¡Todo
lo que tengo son mis bolas y mi palabra y no las romperé por nadie!, así como
tampoco se mete con mujeres (a menos que quiera algo de ellas) y niños. Pero Pacino
le brinda también simpatía al tipo pues siendo otro quisiéramos que ya sea
baleado a los 20 minutos de la peli, sino que estupefactos admiramos su recorrido hacia la cúspide. ¿Qué
quieres? Le pregunta su amigo Manny. Quiero el mundo y todo lo que hay en él,
le responderá, y justamente eso tendrá al final en forma de un enorme globo
terráqueo colgando sobre su cadáver: The world is yours.
Como su mano derecha
está Steven Bauer, un cubano (el único cubano de la peli) nacionalizado
americano que comenzó llamándose Esteban “Ricky” Echeverría y que de una serie
divertida llamada QUE PASA USA saltó a
la fama con este personaje que también será víctima de la paranoia de su
amigazo solo por el pecado de enamorarse de la hermana del psicótico (spoiler
que seguramente todo el mundo sabe) y que contribuye al desastre total que está
por venir.
En papeles secundarios aparecen Michelle Pfeiffer recién
salidita de Grease 2, luciendo una belleza condenada a la destrucción, primero
amante del criminal Frank López (Robert Loggia) y luego mujer de Montana. Mary
Elizabeth Mastrantonio encarna a Gina,
la fraternal carne del deseo. Y en papeles mucho menos importantes reconocemos
a Gregg Henry, Harris Yulin, Paul Shenar (Alejandro Sosa, rey de la coca
boliviano) y a un tal F.Murray Abraham.
Brian de Palma de una
manera vertiginosa, quizá para subliminalmente hablarnos del efecto del polvo
blanco, dirige esta explosiva, sangrienta (aunque la verdad, se sugiere más de
lo que se muestra), ochentera (música disco y sintetizadores) película , criticada
por el exceso de lenguaje obsceno (hay fucks por doquier), que llevó a la
ejecución de 2 versiones, la una para cine y otra descafeinada para la tv. Brian
sustituyó a Sidney Lumet, que fuera el elegido por Martin Bregman y quien
sugirió los cambios de localidad (Chicago por Miami) y el tipo de droga
(alcohol por coca), pero un desacuerdo con el guión lo dejó fuera. Guión escrito por Oliver Stone que necesitaba
reivindicarse del fracaso del filme de terror LA MANO (remake de LAS MANOS DE ORLAC)
donde ejerció de director. Con eso la carga política y crítica al sistema ya
iba por buen camino, recordemos que se iniciaba la era Reagan, capitalismo en
estado puro. La música trepidante estuvo
a cargo de Giorgio Moroder. Push it to the limit, daba el pincelazo adecuado
para retratar el ambiente de la época.
El apoteósico final con un alucinante Tony, hiperexcitado
con la coca y la adrenalina, metralleta
en mano (say hello to my Little friend)
llevándose a más de una veintena de sicarios cual Rambo forma parte de
la historia del cine. En la versión de los 30,Caracaortada cae bajo el fuego de
los hombres de la ley. Aquí, no pudiendo ser de otra manera pues ese es su
destino, son los suyos, los narcos quienes le darán fin.
Carlos Fernando Carrión Quezada
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