Kairo (Pulse)
Pais: Japón
Año: 2001
Género: Terror/suspenso
Director: Kiyoshi Kurosawa
Protagonistas Kumiko Aso, Haruhiko Kato, Koyuki, Kurume Arisaka
"Resulta muy curioso (y acojonante) que mi ordenador haya empezado a dar problemas justo los días en que he intentado hablar de Kairo (2001), película que ha estado dando vueltas por el depósito de reseñas de este blog durante ya varias semanas. Si no he mencionado antes esta cinta de Kiyoshi Kurosawa (nada que ver con el otro Kurosawa de los seis samurais más uno) ha sido porque he intentado también buscar la mejor manera de abordarla, ya que no es una película fácil de resumir para mí. Los que sigan esta nota del terror oriental sin duda la conocerán, ya que fue una de las que más ayudó a popularizar este sub-género en Occidente, y por razones mucho más que las que pueda ofrecer una moda pasajera. Sí, ya lo puedo adelantar: es una obra maestra.
Decir de qué trata no es sencillo, pero lo intentaré: todo comienza cuando Michi, una joven que trabaja en una floristería de Tokio (o al menos creo que es una floristería; nunca queda muy claro) decide ir al piso de un amigo que lleva varios días sin aparecer en el trabajo. Al llegar allá, se da cuenta de que el amigo en cuestión no ha salido de casa en varios días, y aunque al principio nada parece demasiado extraño, pocos minutos el chico se suicida prácticamente frente a sus narices. Este evento es solamente uno que se repite incesantemente entre varias personas de toda la ciudad, que acaban voluntariamente con su vida o simplemente desaparecen (a veces delante de incrédulos testigos). Todas las muertes y desapariciones parecen estar relacionadas con una misteriosa página web que promete interacción con fantasmas, así que Michi y un joven estudiante intentan llegar al fondo del asunto mientras el mundo entero se desmorona a su alrededor, víctima de una ola de fatalismo que se apodera de cada vez más personas.
Al principio, y dada la trama anteriormente descrita, Kairo parece una entrada más a los típicos clichés del cine de terror oriental: fantasmas de cara blanca y pelo largo y una "maldición" que se propaga a través de la tecnología, pero estos detalles anecdóticos, a diferencia de otras cintas del mismo género, son sólo el punto de partida. La película de Kurosawa maneja ideas mucho más interesantes, utilizando el devenir de la tecnología como una metáfora del Apocalipsis. En Kairo, la tecnología es fría y alienante, e incluso aquello que supuestamente une a las personas termina aislándolas y dejándolas a merced de una fuerza sobrenatural que se nutre precisamente de esa soledad. De esta manera, el Fin del Mundo que sugiere no es dramático como un incendio, sino lento y gradual como una lámpara que se apaga.
Otra cosa que diferencia esta película de sus antecesoras niponas es el alcance. Mientras que Ringu (1998), Dark Water (2002) y Ju-On (2003) tienden a ser intimistas, Kairo es épica, y aunque parezca increíble, lo logra a la perfección. A medida que va avanzando la película y vemos a una megalópolis como Tokio convertirse lentamente en un lugar atestado de "fantasmas", nos damos cuenta del poder que sugiere la metáfora empleada por Kurosawa. El director, además, logra algo magistral (y muy difícil) en la manera como deja abierto a la interpretación el origen real de la amenaza que se cierne sobre los personajes. El final es, asimismo, tan poético, tan macabro y tan inquietante, que trasciende la pura forma del terror y pasa al terreno especulativo que hace grande al cine de género. Y es que Kairo funciona no sólo como peli de miedo, sino también como comentario de una sociedad tecnócrata, distante y alienante, de un reino de soledad que se manifiesta en un paso hacia el reino de los muertos. Pero también funciona a un nivel menos intelectual: no pasa casi ni un minuto sin que asistamos a otra de esas imágenes y atmósferas que se superponen en un crescendo aterrador e inquietante. Kurosawa ha logrado, sin duda alguna, una de las películas de terror orientales que perdurarán en nuestra memoria mucho después de que la fiebre del horror asiático y sus refritos haya dejado de existir.
Decir más es inútil. De hecho, creo que ya he dicho demasiado. Tienen poco menos de un mes para conseguir esta película antes de que su inevitable remake americano aterrice en los cines de este país. Háganlo. Es una orden."
-Ricardo Riera(HORAS DE OSCURIDAD)
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