SYNECDOCHE, NEW YORK (2008)
Dirección: Charlie Kaufman
País: Estados Unidos
Reparto: Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Michelle Williams, Dianne Wiest
Sinopsis: Caden Cotard (Philip Seymour Hoffman) es un director teatral que proyecta representar una obra utilizando una réplica de Nueva York, de tamaño natural, dentro de un almacén. (FILMAFFINITY).
No existe una forma clara para explicar esta cinta en pocas líneas. Caden es un director de teatro que observa cómo su vida lentamente se va desmoronando a su alrededor, pero la cinta no sigue la historia de una forma convencional y parece mezclar su estado mental con sus sentimientos, emociones y un crudo análisis sobre la creatividad. El protagonista pretende trabajar en una obra de teatro que lo defina como autor, y en su intento comienza a crear una ciudad ficticia en la que existe otra ciudad (sí, así como suena) hasta que él mismo se convierte en el protagonista de la obra. Kaufman deja abierto todo a la interpretación pero la explicación más lógia es que Caden experimenta todas las capas del proceso creativo hasta que se ve consumido por éste; simboliza la necesidad humana de seguir creando y mantenerse relevante hasta el último respiro que damos en esta tierra.
Synecdoche (sinécdoque en castellano) es una figura retórica en la cuál usamos una parte de algo para representar un todo. Por ejemplo, cuando decimos: quedó sola con cuatro bocas que alimentar, queremos expresar que quedó sola con cuatro hijos a los que alimentar. Aquí, una parte (boca) representa a una persona en su totalidad.
Si decimos: le falta el pan, pan representa la generalidad de todos los alimentos.
Bien, pues Charlie Kaufman, reputadísimo guionista (Como ser John Malkovich, Olvídate de mí, Adaptation) debuta en la dirección con el ambicioso proyecto de realizar una sinécdoque de la vida en Nueva York, sinécdoque a su vez de la vida en toda su extensión, en cualquier lugar y tiempo, de la vida a secas. Kaufman aborda el reto imposible de representar la existencia (en toda la amplitud de la palabra) en un relato de apenas dos horas de duración.
Por si fuera poco, dicho relato cuenta las andaduras de un director de teatro que persigue el mismo propósito que la película (realizar una sinécdoque de Nueva York), y para ello se propone realizar una réplica a tamaño real de la ciudad dentro de una nave industrial. Allí, empleará a miles de personas que interpreten a los verdaderos neoyorkinos en su vida cotidiana. Entre estos ciudadanos a los que se les hace una réplica ficticia se encuentra el propio protagonista, así como la gente que lo rodea, dando como resultado varias capas de ficción. (Fragmento de la reseña escrita por Arturo G. Maiso)
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