LA CORRUPCIÓN EN EL CINE
JFK, Oliver Stone, 1991
El Fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison reabrió el caso del asesinato del presidente de los Estados Unido,s John F. Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos testigos de Dallas y a personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue fruto de una conspiración en la que podría haber intervenido el FBI, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson.
-“El fantasma de John Fitzgerald Kennedy nos enfrenta al asesinato secreto del sueño americano, nos obliga a responder unas preguntas terribles: ¿Qué es nuestra Constitución?, ¿Qué vale la ciudadanía?...o más aún: ¿Qué vale nuestra vida?¿Qué futuro tiene una democracia cuyo presidente puede ser asesinado en circunstancias terriblemente sospechosas, mientras la maquinaria legal ni siquiera se inmuta?, ¿Cuántos asesinatos de políticos disfrazados de ataques al corazón, suicidios, cáncer, sobredosis nos quedan por ver?, cuántos aviones y coches se estrellarán hasta que se sepa qué es lo que realmente esconden?”.
Basada en las novelas “On the trail of the assasins” de Jim Garrison, el propio protagonista de la película, y “Crossfire: the plot that killedKennedy”, de Jim Marrs, Zachary Sklar y el propio Oliver Stone, adaptan uno de los hechos sucedido el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, más escabroso y con más preguntas e interrogantes sin respuesta de la reciente historia norteamericana. Stone realiza de una manera acertadísima y certera un complejo thriller político, en el que resalta un prodigioso montaje a cargo de Joe Hutshing y Pietro Scalia con un gran ritmo y tensión narrativa, que en otras manos, hubiera dado como resultado un producto complejo y difícil de entender para el espectador.
Así, la película se inicia con una mezcla entre imágenes documentales e imágenes de ficción, alternado el color con el blanco y negro, lo que resulta un excelente trabajo de fotografía a cargo de Robert Richardson consiguiendo con ello un toque semi documental. A través de ellas asistimos a un recorrido político, económico y social de los Estados Unidos en la primera mitad de la década de los sesenta. Garrison revisa el resultado y contenido de los documentos de la Comisión Warrren. Dicha comisión se inició el 29 de noviembre de 1963 a instancia del Presidente Lyndon B. Johnson con el fin de esclarecer el asesinato de John F. Kennedy. La comisión concluyó estableciendo que el presidente recibió tres impactos disparados con la misma arma desde el sexto piso del depósito de libros de la ciudad de Dallas por Lee Harvey Oswald, un ex oficial de la marina de los Estados Unidos tildado de comunista fanático. También concluía la comisión, la exculpación del cuerpo de policía por la muerte de Oswald a manos de Jack Ruby delante de la misma y la prensa, descartando cualquier teoría conspiratoria.
Garrison encuentra multitud de contradicciones, parcialidad y desidia en la investigación, por lo que decide reabrir el caso para investigar los hechos, hallar nuevas pruebas y buscar culpables, teniendo la firma convicción de que de ningún modo pudo ser un lobo solitario el autor del crimen, sino toda una conspiración contra el presidente desde las más altas cotas de poder.
Además de la acertada inserción de la partitura de John Williams, la cinta cuenta, además de Kevin Costner, que aquí ofrece uno de sus mejores trabajos, con la participación de unos de los mejores elencos que se hayan visto jamás en el cine, tales como Gary Oldman, Joe Pesci, Donald Sutherland, Sissy Spacek, Tommy Lee Jones, Kevin Bacon, Jack Lemmon y Walter Matthau. Apareciendo, asimismo, el propio Jim Garrison dando vida a Earl Warren, que estuvo al frente de la controvertida Comisión Warren.
A Oliver Stone le salió un film redondo, unos de sus mejores trabajos, en mi opinión, de este director. Un film grande que supo manejar perfectamente en el que además de dominar a la perfección una complicada trama política, y la convicción de la corrupción en la gran y complicada maquinaria política estadounidense, señalando posibles culpables, ofrece una precisa radiografía sobre el mundo en la década de los sesenta: la meteórica carrera espacial de las dos superpotencias, Rusia, la guerra fría, Fidel Castro, Bahía de Cochinos o Vietnam.
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