Un buen día la señorita Shepherd (Maggie Smith), una mujer indigente de avanzada edad y de orígenes inciertos, aparca su furgoneta en una acera de Londres, en el acceso a la casa del escritor Alan Bennett (Alex Jennings). Lo que al principio iba a ser algo temporal, un favor a regañadientes, se acaba convirtiendo en una relación que cambiará las vidas de ambos. Y es que la señorita Shepherd se quedó a vivir allí durante 15 años...
“La bondad, o lo que a menudo se considera como tal, es la más egoísta de las virtudes; nueve de cada diez veces es un mero temperamento indolente. Falta de disposición”. William Hazzlit.
El mismo Alan Bennett es sus intensas pláticas consigo mismo, utiliza esta frase al recriminarse por no encontrar una razón verdadera para permitir que la autodenominada “Srita. Shepherd”, utilice el acceso de su casa como improvisada residencia. ¿Es caridad? ¿Lástima? O son los paralelismos que Bennett encuentra entre la mujer vagabunda y su propia madre, los que promueven esta situación en la que se encuentra profundamente incómodo, pero de la que no puede librarse tan fácilmente como cree.
Para Bennett la llegada en 1960, de una desvencijada camioneta en su calle al norte de Londres, introducirá en su vida a la excéntrica señorita “Mary Shepherd”, una anciana quién decía haber manejado ambulancias durante la guerra y también haber sido monja, pero envuelta en un halo de misterio, aparentemente con gran educación, amén de su fluido francés y habilidad para el piano, pero de carácter difícil, o tal como la describiría Bennett: “fanática religiosa, ciega, malhumorada, tortuosa, implacable, egoísta, grosera y enojada”. Sin embargo tras varios altercados con vecinos y autoridades, Bennett permitió que la mujer viviera con su furgoneta parqueada en la entrada de su casa por un lapso de casi 15 años, tiempo durante el cual se desarrolló una tensa amistad entre ambos, aunque poco o nada supo de la vida de la peculiar mujer hasta su fallecimiento.
El autor, acostumbrado a escribir sobre las experiencias de su propia madre, no dudó en cierto momento escribir sobre la inesperada inquilina de su patio. Contando la historia verdadera (o por lo menos en su mayoría verdadera, como diría su lado de escritor), Bennett escribió un ensayo, una novela, una obra teatral y un especial para la radio, con Alan Bennett interpretándose a sí mismo, acompañado de Maggie Smith quien además ya había participado en la obra teatral.
¿Qué es la bondad? O ¿Quién fue la dama en la furgoneta?, no serán preguntas que la película trate de contestar, ya que no es la intención del autor, más bien pone en evidencia de forma satírica a la hipócrita sociedad (él incluido), quienes tratan de “ayudar” a los desvalidos como forma de sentirse bien con ellos mismos. La película mezcla de drama y comedia, muestra sin tapujos la visión de Bennett sobre la “Srita. Shepherd”, una mujer ingrata y malhumorada, con el carácter de un niño con grandes aspiraciones, sucia y sin maquillaje, papel que solamente Maggie Smith podría interpretar, capaz de causar a la vez repulsión y misericordia a la vez, con un cierto toque de “nobleza vagabunda”, que sin embargo no nos prepara para su doloroso final, algo que todos los que hemos estado en contacto con personas mayores hemos visto, el agudo ocaso de la vida.
FICHA TÉCNICA
Nombre: “The Lady in the Van” (2015)
Director: Nicholas Hytner
Guion: Alan Bennett basado en su obra teatral.
Reparto: Maggie Smith, Alex Jennings, Jim Broadbent, Dominic Cooper, James Corden, Frances de la Tour, Samuel Anderson, Gwen Taylor, Rosalind Knight, George Taylor.
País: Reino Unido
Géneros: Drama, Comedia, Basado en Hechos Reales
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