País: Alemania, Austria.
Guión: Maren Ade.
Reparto: Peter Simonischek, Sandra Hüller, Michael Wittenborn, Thomas Loibl, Trystan Pütter, Hadewych Minis, Lucy Russell, Ingrid Bisu y Vlad Ivanov.
Género: Comedia, Drama.
SINOPSIS:
Inès (Sandra Hüller) trabaja en una empresa de consultoría y actualmente se encuentra establecida en Bucarest, Rumania. Su vida está perfectamente organizada hasta que su padre Winfried (Peter Simonischek), llega de improviso y le pregunta: “¿eres feliz?”. Tras su incapacidad para responder, sufre un profundo cambio. Ese padre que a veces estorba y que la avergüenza un poco, le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann…
Inès (Sandra Hüller) trabaja en una empresa de consultoría y actualmente se encuentra establecida en Bucarest, Rumania. Su vida está perfectamente organizada hasta que su padre Winfried (Peter Simonischek), llega de improviso y le pregunta: “¿eres feliz?”. Tras su incapacidad para responder, sufre un profundo cambio. Ese padre que a veces estorba y que la avergüenza un poco, le va a ayudar a dar nuevamente sentido a su vida gracias a un personaje imaginario: el divertido Toni Erdmann…
UN HOMBRE JOVIAL Y SU ALTER EGO.
Desde la primera escena nos damos cuenta de la excéntrica y divertida
visión de la vida de Winfried, un profesor de música, algo hippie y
divorciado, acostumbrado a las bromas y disfraces, basado levemente en
el padre de la aclamada directora de la película, Maren Ade, quien en su
juventud le regaló unos dientes falsos de broma, objeto que también es
la posesión inseparable del protagonista.
Winfried es un hombre
carismático, amante de los perfomances y poseedor de un humor caustico,
sus personajes no son más que una extensión de su propia personalidad,
utilizando el humor como modo de escape, y poniendo a las personas a su
alrededor y en especial a su hija en situaciones incómodas y absurdas.
UNA MUJER DE MUNDO PERDIDA EN SÍ MISMA.
En contraposición, Ines es una mujer pragmática, fría y “algo tiesa”
según sus compañeros de trabajo, una combinación explosiva al lado de su
padre. Aunque tiene un puesto importante en la empresa de consultoría
en la que trabaja, su futuro laboral se encuentra estancado. Está una
situación que no desea, con la esperanza de una promoción que se aleja, y
con todas las señales de padecer el síndrome de Burnout.
En su
visita, Winfried descubre que Ines es infeliz, y luego de una aparente
partida regresa como el excéntrico “Toni Erdmann”, por medio del cual
descubre cada vez más sobre la vida de su hija, una mujer a la que ya no
reconoce, solitaria y triste, con excesivas ambiciones profesionales, y
envuelta en una vorágine autodestructiva de sexo casual y abuso de
drogas. La preocupación invade a nuestro simpático amigo, y ese
sentimiento hace que sintamos empatía por Ines, en especial cuando vemos
como ese estrés afecta su vida diaria, incluida su tendencia al
“Inemuri”, la costumbre japonesa de dormir en cualquier parte, aunque
ella tiene una predilección por el asiento del coche que la transporta.
ENCONTRAR EL MÁS GRANDE AMOR DENTRO DE UNO MISMO.
Por desgracia, las interacciones de “Toni Erdmann” con el mundo de
Ines, son contraproducentes en el intento del desesperado padre por
acercarse a su hija, el juego se vuelve más real cuando Ines decide
vengarse e involucrarlo de lleno en su “vida”, vemos más de cerca las
desigualdades sociales de Rumania y el estrés que soporta Ines por
realizar el outsourcing de una empresa petrolera local, que provocaría
el despido de una gran cantidad de trabajadores, situación que empieza a
hacer mella en el excéntrico personaje. Como respuesta a esta mala
pasada, Winfried lleva a su hija a una celebración de Pascuas con unas
personas a las que conoció en una de las recepciones de la empresa,
haciéndose pasar como embajador alemán.
En esta pequeña e íntima
fiesta, vemos a Winfried nuevamente poniendo en una situación incómoda a
Ines, haciéndola cantar frente a la concurrencia la canción “Greatest
Love Of All” de Whitney Houston; aunque Ines inicia bastante cohibida
poco a poco se suelta, dando uno de los momentos más absurdos y
divertidos de la cinta. Los surreales acontecimientos posteriores,
incluido un almuerzo “al natural” y la extravagante máscara búlgara
contra los malos espíritus, nos muestra la influencia de Toni Erdmann
sobre Ines.
LO ABSURDO DE LA VIDA DIARIA.
Con tomas
fantásticas de Bucarest y nula banda sonora, la directora Maren Ade
utiliza la normalidad como trasfondo para mostrarnos una historia llena
de humor y surrealismo, con una pequeña crítica entre líneas del
apabullante progreso y la soledad.
“Toni Erdmann” nos brinda una
mirada absurda y cruda del mundo empresarial actual y su influencia en
las relaciones familiares, y de cómo la importancia de una mirada más
optimista de la vida logra un cambio sustancial en una situación
insoportable.
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