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"Cinema Paradiso"

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sábado, 10 de junio de 2017

FESTIVAL DE CANNES Y EL CINE FRANCES: "LA PIANISTE" DE MICHAEL HANEKE (2010) - Por Rommel Vasquez.


Dirección. Michael Haneke 
Guión. Michael Haneke, inspirado en la novela de Elfriede Jelinek escrita en 1983
Reparto: Isabelle Huppert, Benoît Magimel, Annie Girardot, Anna Sigalevitch, Susanne Lothar, Udo Samel.


SINOPSIS (Con Spoiler imposible de evitar pues es un film del año 2001, ojo si no la han visto leer con cuidado).


Erika Kohut (Isabelle Huppert) es una profesora de piano, solterona de cuarenta y tantos años, que trabaja en un prestigioso conservatorio de Viena. Vive con su madre (Annie Girardot), una mujer amargada y dominante con quien mantiene una difícil y en ocasiones violenta relación de amor-odio. Una anciana que ha construido un hipotético futuro para su hija como gran concertista de piano y cuya principal ocupación es la bebida y sus largos ratos de soledad y ocio frente a un televisor.

Por su parte, Erika, detrás de su aspecto conservador y disciplinado y para aliviar la frustración causada por el excesivo control emocional que ejerce su madre, oculta extraños comportamientos sexuales de tendencia masoquista: visitas a cabinas de sex-shops, voyeurismo en auto-cinemas, pornografía.


Todo ello cambia, o se agudiza con la presencia de Walter Klemmer (Benoît Magimel), un apuesto e impulsivo joven y talentoso pianista autodidacta, que al escucharla tocar en un concierto privado, no sólo le proclama su admiración, sino que se propone conquistarla y obtener su pasión, para ello se inscribe en su clase y la asedia.

Cuando Walter se percata de un hecho terrible provocado por Erika contra una alumna, aprovecha para seducirla. A partir de ese momento, ambos iniciarán un enfermizo y violento juego de atracción, amor, rechazo y sexo extremo, que los llevará a un angustioso, agresivo, sádico y tórrido amorío entre alumno y maestra.


La pianista obtuvo en el Festival de Cannes varios premios trascendentales: Mejor Actriz y Mejor Actor para Isabelle Huppert y Benoit Magimel y el Premio Especial del Jurado para su realizador Michael Haneke. La veterana Annie Girardot se llevó el César a Mejor Actriz Secundaria en los premios que otorga la Academia de Cine en Francia.

A su vez, Haneke y Huppert obtuvieron los trofeos respectivos en lo Mejor del Cine Europeo y Michael Haneke ganó el Premio a Mejor Director otorgado por la Academia alemana de cine, entre muchas otras estatuillas más obtenidas en diversos festivales alrededor del mundo.


Lo que quiere hacer ver el director Haneke no es la representación de la violencia audiovisual, sino un relato que se adentra en la tormentosa y autodestructiva sexualidad de esa madura profesora de piano especialista en Schubert que mantiene una relación masoquista emocional con su anciana y castradora madre (una notable Annie Girardot), que es capaz de rasgar sus vestidos nuevos o controlar su horario de llegada y salida del hogar y trabajo, incluso de dormir con su hija en la misma cama, así como una relación obsesiva y enfermiza con un exaltado y lúcido estudiante de piano, que se trastorna al escucharla tocar y que de a poco inicia una escalada de sexualidad reprimida y violenta como sucede en la brutal escena de los baños, donde ella lo masturba y le obliga a quedarse quieto y luego le hace una felación en una escena de dominación que tiene como contraparte la secuencia en la recámara de Erika donde ella le propone que la esclavice: “Siempre lo he deseado. Lo esperé por mucho tiempo”.


La pianista pareciera ser la descripción de un caso clínico, el de una sexualidad reprimida que estalla de forma violenta comparable con las fantasías criminales del Dr. Jekyll y su doble Mr. Hyde, toda una imaginería erótico-perversa muy bien narrada y llevada durante todo el film, la protagonista está pasando por alguna especie de trance intimo ¿posesión satánica o furioso acto de sexualidad reprimida? Ejemplos sobran: la manera en que olfatea los interiores sucios en la cabina de la sex shops, la forma en que humilla a su alumno o coloca los vidrios en el abrigo de su joven alumna para vengarse, o la relación de amo-esclavo y viceversa con Walter.

En el filme de Haneke, las fantasías sexuales de la protagonista no tienen nada de onírico, sino que son directas y dolientes (de ahí la automutilación de su clítoris, su lista de pedimentos eróticos basados en la sumisión, su manera de consumir pornografía, o su maldad con la alumna jovencita que le ha sonreído a su joven amante).


Sin duda, la obra de este singular cineasta austriaco provoca escozor y una sensación de malestar, lo curioso es que sus imágenes frías, distantes en ocasione y en otras perturbadoramente cercanas, no se adhieren a conceptos de visceralidad, sino a planteamientos teórico-cerebrales y se vale para ello de un alejamiento casi brechtiano incluso fársico-sádico, con el que consigue un terrible tono de humor negro.

Por su parte, Isabelle Huppert confirma su excepcional trabajo en una curiosa representación de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960), en la que se trastoca en una suerte de aquel Norman Bates encarnado por Anthony Perkins, que convive sádicamente con su madre en ese infernal ático en que se ha trastocado su reprimida mente.

Una película altamente recomendad y que sin duda merece varias revisiones para captar todo el contenido que esta nos presenta y poderlo digerir poco a poco. 


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