Direccion: Roy Andersson
Año: 2014
País: Suecia
Reparto: Holger Andersson, Nils Westblom, Charlotta Larsson, Viktor Gyllenberg, Lotti Törnros, Jonas Gerholm, Ola Stensson.
Sinopsis.
Narra la vida de dos perdedores de entre 50 y 60 años, dos vendedores de artículos de broma que viven en una casa abandonada, y que tienen tres encuentros con la muerte. Cual Don Quijote y Sancho Panza del momento actual, Sam y Jonathan nos conducen por un recorrido caleidoscópico a través del destino del ser humano. (FILMAFFINITY)
“Una paloma se posó sobre una rama a reflexionar sobre la existencia” es la cinta que cierra con broche de oro la “Trilogía Viva” del sueco Roy Andersson que estuviera conformada por: “Canciones del Segúndo Piso” (2000), “La Comedia de la Vida” (2007) y “Una Paloma se posó sobre una rama para reflexionar sobre la existencia” (2014).
Describir el cine de Andersson es complicado, si bien este sueco se hizo un nombre gracias a sus trabajos en publicidad a través de los centenares de spot publicitarios que realizo, el cine no ha sido ajeno a él, pues grandes títulos como Giliap, En kärlekshistoria (Una historia de amor sueca) son prueba de ello.
Una publicación de VILLAGE VOICE lo denominó como “el Bergman del slapstick”, Y es verdad que la metafísica del alma y el sinsentido cómico forman una extraña alianza en sus filmes. Filma sus gestos y patetismos con el virtuosismo del absurdo que recorren los estáticos planos secuencia, a modo de viñetas, que se ofrecen como santo y seña de su trabajo.
En los trabajos del sueco podemos notar las referencias que hace y que a su vez toma de otros grandes autores tales como Otto Dix, Bureghel el viejo, Van Goh y sobretodo Goya.
A consideración personal, este film es la mejor de toda la trilogía. La cinta se mueve entre el humor absurdo y el patetismo humano, a través de planos amplios y estáticos que se proyectan como si formasen parte de las paredes de un museo. Algo que llama la atención y nos invita a pensar es ese extraño personaje, el papel que desempeña la paloma. En un entrevista en la cual se le pregunto lo siguiente: “En el cuadro Cazadores en la nieve, de Bruegel, los pájaros parecen estar preguntándose: ‘¿Qué hacen los humanos ahí abajo? ¿Por qué están tan ocupados?, el director respondio, Una paloma... es como la vista panorámica de los pájaros, que no solo reflexionan sobre la condición humana, sino que se preocupan por ella. Como yo”.
Pero bien, la paloma podemos inferir que es una metáfora acida y cruel de lo que somos y seremos. Una diminuta pieza en toda una especie de engranaje social. Un tema que no puede ser ajeno a ello, y que muchas veces los filósofos existencialistas tocaron, se relaciona con la muerte. Los encuentros que los personajes tienen con ella se traducen en la casualidad, la avaricia y la irrelevancia, tres estados que resumen el silencioso paso del ser humano por la existencia. Tras su fachada cómica, Una paloma…, así como sus hermanas, conforma una de las mayores declaraciones de la depresión crónica a la que los seres humanos se ven expuestos a causa de su intrascendencia.
Roy Andersson sin lugar a dudas se une a esa larga lista de directores, los cuales en sus trabajos nos dejan más preguntas que respuesta. Que de forma metafórica nos rompen la cabeza con argumentos e historias complejas que muchas veces por error llegamos a creer que son banales y que no merecen ser vistas.
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