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"Cinema Paradiso"

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sábado, 11 de agosto de 2018

"The Double" de Richard Ayoade (2013) - Por Paul Torres


THE DOUBLE / EL DOBLE (2013)

Dirección: Richard Ayoade
Reparto: James Eisenberg, Mia Wasikowska

Sinopsis: Adaptación contemporánea de la novela de Dostoievski sobre un burócrata que empieza a perder la cabeza cuando un doble exacto a él aparece trabajando en su misma oficina y parece tener intenciones de suplantarle. (FILMAFFINITY).



El ser humano ha fantaseado con la idea de un superyó desde que sus limitaciones —tanto físicas como intelectuales— le han impedido desempeñar con eficacia determinadas tareas concretas, provocando de esta manera una humillante decepción (propia o ajena) que le conduzca a la especulación figurativa de un “Yo” superior que logre resarcirle del agravio sufrido. Fiódor Dostoyevski llevó esta entelequia al papel por medio de su novela El doble (1846). Incomprendida por sus contemporáneos, fue injustamente tachada de plagio malogrado de la obra de Nikolái Gógol —imaginamos que refiriéndose a El capote— ya que éste utilizaba una de las figuras más representativas de la literatura de aquél como protagonista: El funcionario público de clase baja. Este dato no hace sino enaltecer la agudeza del escritor moscovita que, como todo genio, se adelantó a su época para crear un estudio —con base ficticia— de lo que posteriormente serviría de pilar para uno de los avances más importantes en la historia de la psiquiatría. 



Y es que, teniendo en cuenta que fue escrita en el periodo pre-freudiano —casi medio siglo antes de que el padre del psicoanálisis explicara la conducta irracional y los efectos de la esquizofrenia— los, no tan perspicaces, coetáneos no tenían forma de comparar su “doble” con ese superego (todavía inexistente) al que un servidor ha recurrido para abrir el presente texto y que protagoniza la versión cinematográfica que Richard Ayoade hace de este The Double.


El guion, escrito por el propio director con la colaboración de Avi Korine, permanece muy fiel al libro y, si exceptuamos los inevitables desengaños por la diferencia entre cómo imaginábamos a los personajes y cómo aparecen realmente en pantalla —Jesse Eisenberg y Mia Wasikowska en una rejuvenecida versión de Golyadkin y Klara—, la atmósfera en general consigue su principal propósito de sumergirnos en el oscuro mundo del frío existencialismo soviético y los inexpugnables secretos de la condición humana. 



Los claroscuros sirven de soporte para la fotografía empleada por Erik Wilson, sobre todo en las escenas en las que se enfrentan directamente Simon y el “doppelgänger”, donde una sombra cubre parcialmente el rostro de James (doble) para inferir ese irónico y maléfico aspecto tan característico de la deshumanización a la que se enfrenta en su descenso a la locura. El sonido es una pieza clave en la cinta: los frecuentes cambios de intensidad, y la aparición de ruidos estridentes —tren a gran velocidad sobre las vías—, relajantes —brisa del mar—, o simplemente la ausencia sonora absoluta, dependiendo del grado de paroxismo que sufre el protagonista, consiguen el propósito de acentuar los brotes psicóticos predominantes en el trastorno de identidad disociativo que padece el personaje, tanto en la novela como en la presente adaptación.


"Week-End" de Jean-Luc Godard (1967)



WEEK-END (1967)

Dirección: Jean-Luc Godard
País: Francia

Sinopsis: Particular visión del cataclismo de la burguesía a cargo del polémico y genial director francés. Una fábula apocalíptica, desencantada y satírica, definida como un nuevo viaje de Gulliver a través del colapso de la sociedad de consumo representada en una joven pareja de burgueses.



Week-end está inspirada en La autopista del sur, relato perteneciente al libro Todos los fuegos el fuego (1966) de Julio Cortázar. Narra el viaje atormentado de una pareja de burgueses, Roland y Corinne, desde la miseria moral de su vida cotidiana hasta un paraíso muy peculiar. El propósito mezquino de su aventura es visitar a los padres de Corinne para arrancarles parte de la herencia. La hipocresía de la moral burguesa queda puesta de manifiesto en el plan que elaboran para asesinarlos. Como decía Marx, el capital suplanta todas las relaciones que considerábamos sagradas, “todo lo santo es profanado”.

El mayor obstáculo que deben salvar es un gigantesco atasco de tráfico, paradójico símbolo del progreso económico burgués. Godard lo filma en un único plano secuencia de ocho minutos eternos que terminan en un fotograma trágico: en el arcén tres cadáveres de una familia a los que nadie presta atención.


Las comodidades de la técnica van necesariamente asociadas a la catástrofe. Lo habitual es que esta relación no se manifieste en el día a día sino en momentos puntuales y terribles en los que se desvela que hemos cedido toda nuestra libertad al progreso tecnológico. Fue la catástrofe del Titanic el instante en que este miedo se convirtió en la condición natural de nuestra época. Luego no ha hecho más que extenderse y generalizarse. Las estadísticas de muertos en accidentes de tráfico de cada fin de semana recuerdan a los sacrificios humanos aztecas para que el Sol no dejara de moverse. Son el tributo necesario que la sociedad burguesa paga al dios de la velocidad. Ernst Jünger observa en su ensayo La Emboscadura que lo automático tarde o temprano se torna terrible, tal y como fue profetizado por El Bosco en sus visiones del Infierno.



Si el marxismo no es la solución, es posible que lo sea el surrealismo. A esta nueva fase del viaje Godard la titula, citando a Buñuel, El ángel exterminador. La pareja es secuestrada a punta de pistola por un extraño personaje llamado Joseph Balsamo. Este asegura en un discurso delirante que “Joseph Balsamo es el hijo de Dios y de Alexandre Dumas. Dios era maricón, es sabido de todos. Se tiró a Dumas y yo fui el resultado. Por lo tanto, soy Dios. Sí, soy Dios porque soy un vago.” Godard prefiere El derecho a la pereza de Lafargue a la obsesión por el trabajo propia de capitalismo y comunismo. (Escrito por Eugenio Sánchez Bravo)


"Lost Highway" de David Lynch (1997) - Por Paul Torres



LOST HIGHWAY / CARRETERA PERDIDA

Dirección: David Lynch
Año: 1997

Sinopsis: Fred Madison, un músico de jazz que vive con su esposa Renee, recibe unas misteriosas cintas de vídeo en las que aparece una grabación de él con su mujer dentro de su propia casa. Poco después, durante una fiesta, un misterioso hombre le dice que está precisamente en su casa en ese instante. Las sospechas de que algo raro está pasando se tornan terroríficas cuando ve la siguiente cinta de vídeo... (FILMAFFINITY).


Este filme no cobra mucho sentido porque, en palabras de David Lynch, representa más un "estado de fuga" que una historia coherente. La trama sigue a un músico que recibe videos en los que aparece él con su esposa, hasta que es acusado de asesinato para luego convertirse en un hombre diferente. Es un viaje surrealista que parece sólo mostrar una serie de emociones nacidas de la mente del autor, pero la forma en que el director conecta todas las secuencias hace que su valor fílmico incremente de forma considerable. Es una obra que representa la vulnerabilidad de un autor frente a una historia y cómo es inevitable que su mente viaje hacia distintos puntos para mostrar una idea.



Muchas secuencias de esta obra maestra se quedan para siempre tatuadas en la retina: el perturbador momento en que Fred se funde con las tinieblas del pasillo de su casa, la narración de Alice Wakefield de cómo Mr. Eddy la obligó a desnudarse a punta de pistola, la secuencia de sexo en el desierto, la persecución final, todo ello aderezado con música de Marilyn Manson, Trent Reznor, el propio Badalamenti. Lynch filma a tumba abierta, con la confianza de quien se sabe en plenitud de facultades, libre y valiente, dirigiendo con total perfección a sus actores, sacando el máximo partido a la pantalla panorámica, insertando imágenes fugaces y alucinadas, indagando con naturalidad en los fangos del sexo y los celos, dibujando una carretera perdida a las zonas más nauseabundas de la psique humana.




"Coherence" de James Ward Byrkit (2013) - Por Paul Torres



COHERENCE: “UNA INTRODUCCIÓN A LA MECÁNICA CUÁNTICA”

Dirección: James Ward Byrkit
Año: 2013
País: Estados Unidos

Sinopsis: En Finlandia, en 1923, el paso de un cometa hizo que los habitantes de un pueblo quedaran completamente desorientados; incluso una mujer llegó a llamar a la policía denunciando que el hombre que estaba en su casa no era su marido. Décadas más tarde, un grupo de amigos recuerda este caso mientras cenan, brindan y se preparan para ver pasar un cometa... (FILMAFFINITY).



James Ward Byrkit hace su debut en la dirección con una película que mezcla los elementos del SciFi con tintes del cine de terror, una interesante propuesta que no solo destaca por su “originalidad” (existen ciertas referencial a la cinta “Otra Tierra”) sino que se aleja a la idea común que se asocian a las cintas de estos géneros. Ya que por lo general las cintas de ciencia ficción se suele asociar a grandes costos de producción, ostentosos efectos especiales. Pero coherence no es ello, coherence es un proyecto pequeño que demuestra como una excelente idea puede tranquilamente reemplazar los efectos especiales, un claro ejemplo de cómo lo más importante es una cinta es contar con una muy buena historia, así que no esperen ver aquí marcianitos, inmensas naves alienígenas, grandes explosiones pero si una especie de puzzle a base de diálogos en donde el espectador debe estar muy atento a cada palabra para poder desentrañar lo que se esconde y poco a poco ir armando todas las piezas.


Coherence destaca también por la improvisación de los diálogos, actores que actuaban sin saber lo que pasaba permitiendo que los impulsos naturales que los actores experimentaban en ciertas escenas, momentos de susto, tensión, arranques de ira, entre otros sea totalmente natural. Esta espontaneidad permite al espectador engancharse mucho más con la película, sientes que si realmente estuvieses con ese grupo de personas que incansablemente buscan una respuesta a todos esos sucesos extraños que empiezan a experimentar en la habitación.



EL GATO DE SCHRÖDINGER, FUNCIÓN DE ONDA Y EL PRINCIPIO DE LA SUPERPOSICIÓN


Es una forma muy clara de introducir un problema de física cuántica. Propuesta por el Premio Nobel del 35 que le da nombre, nos permite ver de una forma muy sencilla que las normas de la física común no rigen en la física cuántica: un gato está atrapado en el interior de una caja con un gas venenoso y un dispositivo que lo activa. La física nos dice que hay un 50% de probabilidades de que esté vivo y un 50% de posibilidades de que esté muerto, pero la física cuántica hace posible que los estados "vivo" y "muerto" sean ciertos de forma simultánea: solo cuando un observador abre la caja se puede comprobar el estado del gato.


Un concepto fundamental de la física cuántica es que la dualidad onda-partícula hace que un electrón, por ejemplo, sea partícula y onda a la vez… hasta que lo observamos. Además, el electrón tiene la capacidad cuántica de estar en dos sitios al mismo tiempo. Lo importante de esta doble realidad es cómo se observa y se mide. Es imposible detectar, medir, ver dos realidades diferentes de un mismo objeto/partícula al mismo tiempo, como veremos más adelante con la coherencia, por ello cada vez que midamos u observemos una partícula veremos únicamente uno de sus estados o localizaciones posibles.


Con la función de onda, Schrodinger introduce una ecuación que describe la forma en que una particula cambia con el paso del tiempo. Broglie había descubierto que la materia se comporta a la vez como partículas y como las ondas, Schrodinger decidió estudiar las partículas del mismo que se estudian las ondas. Lo curioso de esta función de onda es que los valores que se obtienen por medio de esta ecuación no son valores exactos sino un sinnúmero de probabilidades de que la partícula medida se encuentre en un punto concreto en un momento determinado o en un estado concreto. (Que color tendría la casa en su interior)


La Superposición de la que nos habla Niels Bohr hace referencia a que, hasta que un observador consciente observa la partícula, ésta se encuentra en todos los estados y lugares posibles, superpuestos. Es decir, en el caso del famoso experimento mental del Gato de Schrödinger, el gato estará muerto y vivo hasta que decidamos abrir la caja y salir de dudas. Hasta ese momento, el gato estará en dos estados superpuestos: vivo y muerto. En la película ‘Coherence’, la casa misteriosa que hay en frente de la vivienda de los protagonistas resulta ser la casa roja una vez han mirado por la ventana, pero hasta que no miran por la ventana, esa casa no es la casa roja… es todas las casas posibles (roja, verde, naranja, amarilla. Una partícula cuántica no posee únicamente un valor de una cantidad física, sino todos los valores al mismo tiempo: superposición.



En todas estas teorías y principios se apoya Coherence y lo hace de forma brillante introduciendo la interpretación de los muchos mundos posibles de esta paradoja de Hugh Everett del 57. Varias realidades pueden tener lugar pero no pueden interactuar entre sí debido al principio de la coherencia cuántica. Pero, ¿qué sucede si lo hacen?


Impresiona la calidad del elenco, la dirección de actores y la verosimilitud con la que se desenvuelve una "trama imposible". Pero el cometa pasa, llega el día y nuestros personajes tendrán que enfrentarse a lo que ha sucedido en la noche más extraña de sus vidas.


"Primer" de Shane Carruth (2004) - Paul Torres


Primer (2004)

Dirección: Shane Carruth
País: EE.UU



Sinopsis
Cuatro hombres trabajan en un garaje construyendo aparatos altamente complejos. En parte por accidente y en parte por su pericia, descubren un mecanismo dotado de poderes que les permite conseguir casi todo lo que quieran. Se trata de un hallazgo que podría cambiar el mundo, pero que pondrá a prueba las relaciones entre sus inventores.



En el buen sentido de la palabra me atrevo a decir que Carruth es un “maldito” genio, obsesivo y perfeccionista como ninguno. Ha de tener un serio problema, para poder delegar funciones, o simplemente no se siente enteramente seguro para confiarle algo a alguien. Shane Carruth prácticamente se encargó de todo en esta excepcional cinta. Dirigió, se encargó del guion, de la producción, montaje, fotografía y hasta de la banda sonora. ¿Cuál fue el resultado? Una verdadera obra de arte, en la cual podemos encontrar ciertas referencias al cine de Lynch y Aronofsky. 
Para muchos la mejor película surgida del más puro cine independiente que combinó la ciencia ficción, en reinvención del espacio tiempo, con el drama impúdicamente humano. “Primer” dominó la cinematografía del género y en el año 2004 recogió el galardón al mejor drama en el “Film Festival de Sundance”.



Este novel autodidacta nos entrega casi una adivinanza con su fraccionado guion. Con un estilo claramente minimalista narra la experiencia de unos chicos ingenieros que, además de su trabajo a tiempo completo, se reúnen en el garaje de uno de ellos para trabajos extras, Aaron junto con su amigo Abe, crean un invento que en poco tiempo sobrepasa en mucho las expectativas que se habían planteado.



La condición básica de “Primer” al principio, parece que fuera dejarte lejos de su examen, te adentras en ella y no comprendes, pero poco a poco sube tu indagación aferrada a una intriga que bien trenzada atrae de forma alucinante. Habrá espectadores a los que les resultará enmarañada y difícil de entender, y verdaderamente tienen razón, no es fácil asumir tantas cifras matemáticas en los diálogos y a la vez estar pendiente del desarrollo de la trama, pero no es una película desconcertante, muy al contrario, por su sugestivo esqueleto lleno de expectación y su construcción argumental, se percibe y atrapa la intención.