País: El Salvador
Reparto: Salvador Solís, Karla Valencia.
Guión: Arturo Menéndez
Género: Drama Social
Por Frank Binueza
Don Cleo (Salvador Solís), es un humilde vendedor de piñatas en la Ciudad de San Salvador, quién un día recibe una nota de extorsión por 500 dólares. Don Cleo debe conseguir el dinero en menos de 72 horas, o si no será asesinado. Sin recursos para conseguir el dinero, y decepcionado por la falta de apoyo de sus amigos, conocidos y de la propia policía, decide enfrentarse a los extorsionadores que le enviaron la nota…
Arturo Menéndez, es un joven cineasta salvadoreño, que tras el éxito de su cortometraje “Cinema Libertad” de 2009, decidió continuar su carrera con un ambicioso proyecto, filmar un largometraje que capturara uno de los mayores problemas que aquejan a la sociedad salvadoreña contemporánea, el accionar de la pandillas en la población civil, es así que con el apoyo de productores estadounidenses y de André Guttfreund, el primer y único salvadoreño en ganar un premio Oscar (“En la Región del Hielo” como mejor cortometraje dramático, en 1977), se lanza en la aventura de filmar una película de denuncia social, basada en una historia real, o en varias según como dice el mismo director.
Concebida durante la polémica “Tregua de Pandillas”, una controversial y bochornosa etapa del proceso de post-guerra de El Salvador, la película nos muestra las consecuencias que tienen en la vida de las personas más humildes, las denominadas “maras” o pandillas, que con su accionar amedrentan a la población civil, junto con la pasividad de las autoridades y la poca colaboración del círculo cercano del afectado, hacen que el problema llegue a límites insospechados, una realidad que también se vive en otros países centroamericanos.
El personaje principal, “Don Cleo”, es un hombre alegre y desfachatado, ligeramente mujeriego, pero que esconde un pasado un poco turbio, excombatiente de la guerra civil, padre irresponsable y que actualmente empieza a dejar de tomar licor, con un hijo que tiene problemas con drogas; presenta la cara más áspera de la sociedad, lejos de aquel eslogan de épocas pasadas con el que se vendía al país, “El Salvador, el país de la sonrisa”; Don Cleo vive en un barrio humilde, asediado por pandillas, y trabaja en el centro de San Salvador, en donde pululan ladrones, prostitutas, vagos y pandilleros, en donde las leyes no importan, donde la vida no vale nada…
Aunque el carácter de denuncia es notorio, y la imparcialidad del relato destaca por su ausencia, “Malacrianza” muestra esa parte de la sociedad de la que la mayoría de las personas de El Salvador vivimos, que las autoridades, políticos y otros personajes de las altas esferas se empeñan en ocultar. Es una película con grandes fallos, pero con una voz sincera, sin aderezos que enmascaren la verdad, una acusación directa a los gobernantes, no solamente de El Salvador, sino también de la mayoría de Centroamérica, es una llamada de reflexión a lo que ocurre en la región.
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