Una mirada entre bambalinas de la película "Man on the Moon" (1999) de Milos Forman, y de cómo el actor Jim Carrey adoptó completamente y de forma radical la personalidad del cómico Andy Kaufman. Un documental del director Chris Smith sobre el tiempo en el que el actor Jim Carrey interpretó al famoso y complicado comediante.
Jim Carrey interpretó a Andy Kaufman en 'Man on the Moon', el biopic de 1999 que dirigió Milos Forman sobre el peculiarísimo comediante. Una empresa complicada, pero que salió a flote gracias a la labor de los guionistas, Scott Alexander y Larry Karaszewski -que repitieron la jugada de retratar personalidades excéntricas de la cultura pop americana en producciones como 'Ed Wood', 'El escándalo de Larry Flint', 'Big Eyes' y, recientemente, 'American Crime Story'- y, sobre todo, a la sobrenatural interpretación de Jim Carrey como Kaufman.
Andy Kaufman, hijo prototípico de la cultura beat, pasó toda su carrera intentando forzar los límites del humor tanto por la vía de la agresividad como por la del absurdo. Actuaciones desconcertantes como el playback de la sintonía de Superratón o la lectura íntegra de 'El gran Gatsby' encontraban su contrapartida en sus experimentos con la "lucha libre intersexos" o la creación del intérprete de música lounge extrema Tony Clifton, protagonista de la anécdota más brutal de 'Jim y Andy', ambientada en la Mansión Playboy.
Como se puede observar en las abundantes muestras que ofrece el documental del talento indomesticado del primer y joven Carrey, antes del bombazo triple en 1994 de 'Ace Ventura', 'Dos tontos muy tontos' y 'La máscara', la influencia de Kaufman en Carrey es innegable. 'Man on the Moon' se convirtió en la manera perfecta para rendir el homenaje definitivo a su maestro -a quien nunca conoció en persona, pero que admiraba desde niño-. Convirtiéndose en él.
Pero 'Jim y Andy' es algo más que la crónica de una transformación para un rodaje, o incluso el retrato de una obsesión de un artista por otro o un análisis de las similitudes entre ambos. El material del que parte el documental es una serie de grabaciones tras las cámaras que permanecieron ocultas en el despacho de Jim Carrey durante veinte años. Solo ahora han visto la luz, tras el empeño de Spike Jonze, productor del documental.
Se trata de una serie de grabaciones, hilarantes a veces, algo incómodas la mayor parte del tiempo, que Universal se negó a que aparecieran como los típicos extras de DVD, y no es de extrañar. Nunca sabremos con exactitud el grado de tensión que había en el plató durante el rodaje, pero debía ser elevado: Carrey interpretaba las veinticuatro horas a Kaufman, y era aún peor cuando entraba en juego la personalidad de Tony Clifton. En su día, un Danny De Vito al que se ve absolutamente desencajado durante 'Jim y Andy', dijo que Carrey fue a trabajar un total de dos días. El resto del tiempo, fue Andy.
Así transcurre 'Jim y Andy', un documental que se repliega sobre sí mismo, y en el que el complejo, enigmático Jim Carrey de los últimos tiempos reflexiona sobre su carrera, sobre la labor de interpretar y, ya que está, sobre el sentido de la vida. Sus conclusiones, con las que se cierra la película, no son demasiado tranquilizadoras, pero ningún espectador, después de ver 'Jim y Andy', podrá culparle.(Fragmento de la critica escrita por Jhon Tonnes).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario