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"Cinema Paradiso"

"Cinema Paradiso"

sábado, 14 de abril de 2018

Remembranza de Milos Forman - Por Jorge Luis Ticse


Muere el gran director Milos Forman.

El cineasta checo, de 86 años, obtuvo dos 'oscars' por 'Alguien voló sobre el nido del cuco' y 'Amadeus'.


El checo fue un cineasta especial, que demostró que se podía trabajar desde dentro de Hollywood con un toque subversivo. Esa misma apuesta iconoclasta, contra el poder –en su cine se reflejó la lucha del individuo contra la opresión del sistema– y con tonos satíricos fue la que provocó su salida a finales de los años sesenta de su país natal tras la invasión de la antigua Checoslovaquia en 1968.


Es curioso, como recuerda en su artículo Guillermo del Toro, cómo Forman siempre conectó con el gran público, independientemente del tamaño de la producción de su película, y cómo defendía a sus personajes protagonistas, por muy extraños que parecieran ser al inicio de cada narración. "A veces son las mentes más sucias las que aman de forma más limpia", contó en la promoción de El escándalo de Larry Flint, Oso de Oro del festival de Berlín. Su primera película en Estados Unidos, Alguien voló sobre el nido del cuco, ejemplifica ese talento, con un soberbio Jack Nicholson que encarnó no solo a un rebelde, sino que conseguía despertar en sus compañeros de psiquiátrico el sentido de la libertad que tenían dormido. De aquel rodaje, recordó en un taller de cine en Málaga en 2009: "Apenas tuve que hablar con él o dirigirlo, porque los grandes actores son también grandes profesionales. Jack se sintió extraño y me dijo que era el único director que no le incordiaba durante el rodaje". Con ella obtuvo su primer óscar a la mejor dirección, uno de los cinco que obtuvo el filme.


Mozart y el Holocausto
Pero el mayor éxito de su carrera le llegaría en 1984 con Amadeus. La historia de la envidia y de la secreta admiración que Antonio Salieri sentía por Mozart ganó ocho oscars (su segunda estatuilla como director) y se convirtió en uno de los títulos más emblemáticos de aquellos años ochenta. En aquella película había además un deseo cumplido: se filmó en su país natal –entonces Forman ya tenía la nacionalidad estadounidense– y pudo volver a su casa como un triunfador. En su biografía, Turnaround: A Memoir (1994), escribió que todo en la vida lo había "supeditado a ganar", aunque a su manera.


Como realizador, al checo nunca le importó rodar guiones de otros. Es más, de sus ocho películas en el exilio, solo escribió el libreto de dos: "Yo prefiero tener un guion sólido en el que apoyarme, pero me gusta que en el rodaje de la secuencia haya sitio para la improvisación. Un 10% de improvisación a la hora de rodar puede deparar momentos únicos, increíbles. Me gusta rodar con actores que no se sepan al dedillo el guion, pero hacerles actuar siguiendo el guion, que yo ya me sé de memoria, dándoles indicaciones para que el diálogo sea más real, más fresco, más vivo", aseguraba.



Prefiero un país libre y atestado de mal gusto a un país refinado pero sin libertades


Milos Forman tuvo muy claro su exilio. "Prefiero un país libre y atestado de mal gusto a un país refinado pero sin libertades", contaba. "La censura es el peor de los males. Viví bajo un régimen totalitario en el que existía la presión de la censura ideológica. Ahora vivo en un país en el que si existe alguna presión es la comercial. Sin duda, prefiero esta última, al menos en ella deciden miles de personas y no una sola". Él mismo sufrió en sus carnes varias dictaduras. Nacido en Caslav en 1932, tanto su madre, Anna Suabova, como el hombre que él pensaba era su padre, un maestro llamado Rudolf Forman, murieron asesinados por los nazis en campos de exterminio. Aunque se educó en el protestantismo, Forman a veces afirmaba ser medio judío. Solo tras publicación de sus memorias, escritas junto a Jan Novak, se hizo pública su historia: a mediados de los sesenta, Forman encontró a una amiga de su madre en Auschwitz a la que le había confesado que el verdadero padre del cineasta había sido un amante suyo, un arquitecto judío que sobrevivió al Holocausto y al que Forman llegó a conocer en Perú.



Por eso Jan Tomáš Forman, su auténtico nombre, creció con unos padres adoptivos. Estudió cine en la Escuela de Praga, y desde el inicio sus películas –Pedro, el negro (1964) y Los amores de una rubia (1965)– llamaron la atención de los festivales internacionales. Con ¡Al fuego, bomberos!, en la que sacaba punta de la burocracia en un destacamento de bomberos voluntarios, empezó a sentir la presión de las autoridades comunistas. Así que cuando las tropas soviéticas entraron en Checoslovaquia en agosto de 1968, Forman, que estaba en París negociando su primer proyecto estadounidense, decidió no volver.

Duros inicios en EE UU

Su primer trabajo en EE UU fue la comedia Juventud sin esperanza (1971). No fue nada bien, y Forman entró en depresión en su habitación del neoyorquino hotel Chelsea. Solo Alguien voló sobre el nido del cuco le sacó de su estado. En sus memorias cuenta que los dos productores del filme, Michael Douglas y Saul Zaentz, le contrataron por barato. A partir de entonces pudo elegir sus proyectos: el musical Hair (1979), del que contaba disfrutó por la energía de los jóvenes actores; Ragtime (1981), la última película en cine de James Cagney; Amadeus (1984); Valmont (1989), un filme que tuvo en contra el estreno el año anterior de Amistades peligrosas, ya que ambas estaban basadas en la misma obra epistolar de Pierre Ambroise Choderlos de Laclos; El escándalo de Larry Flint (1996); Man on the Moon (1999) -en la que casi le saca de quicio la inmersión total en el papel de Jim Carrey, su protagonista- y Los fantasmas de Goya (2006).



Su primer trabajo en EE UU fue la comedia Juventud sin esperanza (1971). No fue nada bien, y Forman entró en depresión


A Goya llegó por un libro, que había leído hacía años, y coescribió el libreto con su amigo del alma, el mítico guionista Jean-Claude Carrière. "Aquel volumen trataba de la Inquisición española. Había muchas similitudes con cosas que había conocido. Me quedé asombrado de los paralelismos que había entre la Inquisición española y los regímenes totalitarios nazi y comunista", contó en un homenaje en el festival de Sevilla. "Probablemente, Goya no hubiera sobrevivido en el siglo XXI". Y usó, efectivamente, una vez más al pintor para ilustrar su eterna historia, la de un individuo contra la opresión angustiosa del poder, la de la ciencia y la ilustración contra la Inquisición.



En este siglo XXI, Forman también dirigió ópera, junto a sus hijos gemelos, Petr y Matêj, como Un paseo bien pagado, de los autores checos Jiri Slitr y Jiri Suchy, que curiosamente él ya había realizado para la televisión checoslovaca en 1966. Además, codirigió la sección de cine de la Universidad de Columbia, y se mantuvo activo con algunos proyectos que no cuajaron, y otros que sí, como la versión en pantalla grande, codirigida por su hijo Petr, de Un paseo bien pagado.



“Juliana” de Fernando Espinoza y Alejandro Legaspi (1988) - Por Frank Binueza



MUJERES PROTAGONISTAS



SINOPSIS

Juliana (Rosa Isabel Morfino), es una niña de 13 años que trabaja en un cementerio local. Su hermano menor canta en los autobuses de Lima por dinero, que entrega a Don Pedro (Julio Vega), un hombre que explota a niños de la calle a cambio de ofrecerles casa y comida. Juliana quiere entrar al grupo, pero su sexo no lo permite. Cansada de los abusos de su padrastro, se escapa de su casa, se corta el pelo y se viste como varón para integrarse a la pandilla. Pronto descubre la dura vida de la calle, pero anhela con esperanza cambiar su situación.


“La calle es mi libertad. Yo soy de la calle. A mí me gusta la calle…”


Ubicada geográficamente en los barrios bajos de Lima, Perú, “Juliana” representa una mirada cruda y a la vez optimista de la marginación de los sectores menos favorecidos en Perú, aunque una mirada más crítica, fácilmente podría ubicarse en casi cualquier país de Latinoamérica, en donde el machismo y la miseria parecen ir de la mano del llamado “progreso”.


Juliana la heroína de la historia, no es sólo una representación de la niñez marginada, sino que representa el empoderamiento femenino, a través de la inteligencia, el trabajo honrado y el optimismo. Un retrato tan positivo en medio de un ambiente tan sórdido parecería poco creíble, pero el carisma tanto de la niña, como de los demás niños de la calle, y en especial del “villano”, Don Pedro, los vuelven personajes creíbles.


Las duras condiciones de la vida hacen que los personajes, a pesar de su corta edad muestren grandes rasgos de madurez, saben administrar el dinero y ser autosuficientes hasta cierto punto, sin embargo continúan siendo menores de edad, llenos de dudas, traumas del pasado y sueños de cara al futuro. Aun vagando en las calles pueden ser “niños” por un momento, como se muestra en las secuencias junto al mar o en el centro comercial.


Si bien la historia podría ser considerada “sencilla”, posee una amplia carga social, que resulta fácil de comprender debido al tono de su narración, sin atisbos de pretensión y llena de personajes entrañables. Si bien la conclusión puede ser utópica, ¿quiénes somos para no permitirnos soñar?, o como bien dice “El Loco”, uno de los personajes más maduros del filme: “Uno puede soñar lo que quiere, total, la vida está hecha de la misma tela con la que se hacen los sueños”


FICHA TÉCNICA:
Nombre: “Juliana” (1988)
Director: Fernando Espinoza y Alejandro Legaspi (Grupo Chaski) .
Guion: René Weber.
Reparto: Rosa Isabel Morfino, Edwar Centeno, David Zuñiga, Julio Vega, Maritza Gutti, Guillermo Esqueche.
País: Perú.
Géneros: Drama, Denuncia Social.



"Une affaire de Femmes / Un Asunto de Mujeres" de Claude Chabrol (1988) - Por Paul Torres


UN ASUNTO DE MUJERES / UNE AFFAIRE DE FEMMES

Dirección: Claude Chabrol
Año: 1988
País: Francia


Segunda Guerra Mundial (1939-1945). La vida en la Francia ocupada es muy difícil. Marie Latour, una mujer casada, decide ayudar a una vecina a interrumpir un embarazo no deseado. Poco a poco empiezan a requerir sus servicios otras mujeres encintas, bien porque han sido violadas, bien porque sus maridos están en el frente.



En 1988, Claude Chabrol escribe y dirige UN ASUNTO DE MUJERES, adaptación de la novela homónima de Francis Szpiner, basada a su vez en la historia real de Marie-Louise Giraud, una de las últimas mujeres guillotinadas en Francia. Condenada y ejecutada en julio de 1943, según la Ley de 15 de Febrero de 1942, promulgada por el gobierno colaboracionista francés, que calificaba el aborto como crimen contra la seguridad del Estado. Ley que sería derogada tras la liberación.


En “Un asunto de mujeres”, Chabrol, revive en el magnífico trabajo de Isabelle Huppert, la última mujer guillotinada en la vecina Francia.


El director galo, con un atrevimiento temerario, se lanza a analizar la enigmática mentalidad de una mujer, en una problemática de mujeres. El resultado, será un juicio más propio del género afectado.
La acción se sitúa en plena ocupación alemana, el hambre y la miseria serán el denominador común de la clase trabajadora, donde los hombres han desaparecido en los campos de batalla, o han vuelto incapacitados para la vida civil. Las riendas de lo que queda de las familias, pasará forzosamente a manos de la mujer. Los trabajos precarios o la prostitución, serán la alternativa para un mínimo sustento.


En este entorno, Marie, una mujer joven, con dos hijos y un marido al que repudia, optará por desarrollar toda su incentiva, toda su inteligencia en procurar aprovechar las oportunidades que le brindan las circunstancias. Todo ello en “un mundo de mujeres”.


La ausencia de hombres franceses, unido a la proliferación de la milicia germana, hará multiplicar la prostitución entre las más jóvenes, por lo que los embarazos no deseados serán frecuentes. Marie, encontrará en las caseras prácticas abortivas un medio de ayudar a sus conciudadanas, y porque no, de mejorar su economía, totalmente al margen de cualquier consideración ética, superflua en un mundo de hambre y necesidad.


miércoles, 4 de abril de 2018

“7 Women / Siete Mujeres” de John Ford (1966)



SINOPSIS.

Verano de 1935, en algún lugar de la frontera entre China y Mongolia. En una remota misión cristiana compuesta casi exclusivamente por mujeres, la señorita Agatha Andrews (Margaret Leighton), jefa de la misión, maneja las cosas con mano férrea y religiosa, secundada por la dócil señorita Argent (Mildred Dunnock). Completan el personal, el profesor Charles Pether (Eddie Albert), su dominante esposa en estado de embarazo, Florrie (Betty Field), y la joven misionera Emma Clark (Sue Lyon), a quien la Srita. Andrews trata como hija. En respuesta a la urgente petición de un médico por parte de la misión, es enviada la doctora D. R. Cartwright (Anne Bancroft), una mujer atea, fumadora, que usa pantalones y posee rudos modales. Rápidamente la Srita. Andrews y la Dra. Cartwright entran en conflicto, sin embargo ese será el menor de los problemas a los que deberán enfrentarse, la llegada de una epidemia de cólera, y la constante amenaza del caudillo mongol Tunga Khan (Mike Mazurki) y su milicia, pondrán a las mujeres en una situación peligrosa.


“Lo diferente es el mal que hay en ella”

A pesar de tener un amplio reparto coral femenino, parece que la película se centra en la figura de la Dra. Cartwright, una mujer doctor, con pelo corto, que fuma como una chimenea, bebe whisky, utiliza pantalones y chaqueta de cuero, que maldice como un marinero, y que tiene el peor pecado que los creyentes le pueden achacar a otra persona: es atea. Por esa razón la implacable Srita Andrews la considera una mujer peligrosa, la ve demasiado moderna, demasiado “diferente”.

Esta situación será el detonante de esta película basada en el cuento “Chinese Finale” de Norah Lofts, un retrato íntimo y claustrofóbico de la figura de la mujer en un lugar inhóspito, el último largometraje rodado completamente por John Ford, el director de westerns por excelencia, generalmente acusado de machista, un film en donde parecía buscar la redención al destacar la fuerza de voluntad y el espíritu de sacrificio de sus protagonistas femeninas.

Fiel a sus orígenes, la película guarda grandes paralelismos con los clásicos westerns que volvieron famoso a Ford, con una cerrada misión cristiana con apariencia de un fuerte militar, en donde una mujer dirige casi de forma tiránica su funcionamiento; con la aparición del personaje externo en este caso la Dra. Cartwright, tomando el lugar del sempiterno cowboy de John Wayne; y por supuesto el peligro externo, que ya no son indios o bandidos enmascarados, sino un grupo de invasores mongoles.

No obstante, contrario al clásico western, en este caso no vendrá ningún vaquero solitario a salvar a las damas en apuros, serán ellas mismas, y en específico la Dra. Cartwright quien tomará esa figura de salvadora, aún a costa de su propia dignidad. El reclamo de ser moral y el acto de la moral toman un papel preponderante, la otrora implacable Srita. Andrews se convierte en un ser patético, una fanática religiosa incapaz de aceptar la situación, aun cuando ella misma guarda sentimientos contrarios a su fe. Cuando todas las demás aceptan el sacrificio de la doctora en silencio, ella no duda en señalarla como pecadora.


“Ahora sé lo que es el mal en verdad” le replica la Srita. Clark a una fuera de sí Srita Andrews, al ver la situación en la que se encuentran. En ese momento surge la interrogante: ¿Qué vale más? ¿La verdadera compasión por tus semejantes, o una rígida posición de superioridad moral?, al final no es lo que dices ser o lo que pienses lo que te define como persona, son los actos. 


FICHA TÉCNICA:

Nombre: “7 Women” (1966)
Director: John Ford.
Guion: John McCormick, Janet Green.
Reparto: Anne Bancroft, Margaret Leighton, Sue Lyon, Flora Robson, Mildred Dunnock, Anna Kee, Betty Field, Woody Strode, Mike Mazurki, Eddie Albert.
País: Estados Unidos.
Géneros: Drama.


"Network / Un Mundo Implacable" de Sidney Lumet (1976) - Por Paul Torres


Sinopsis: Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, en una reacción inesperada, y ante el asombro de todos, anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo. (FILMAFFINITY)


La historia de la televisión cambió para siempre el 15 de julio de 1974. Aquel día, Christine Chubbuck, presentadora del talk show Suncoast Digest, pronunció a los ocho minutos de su programa una frase que pasará a los anales de la televisión: “de acuerdo a la política del Canal 40 de brindarles lo último en sangre y entrañas a todo color, están a punto de ver otra primicia: un intento de suicidio“. Acto seguido, con mano temblorosa pero firme, la presentadora sacó un revólver del calibre 38 de debajo de su mesa y se apuntó directamente a la parte trasera de la cabeza. Disparó y una nube de humo se formó a su alrededor. La incredulidad y el silencio reinaron en el plató durante unos segundos. Tanto el director como los operarios de cámara esperaban que Chubbuck se levantara riéndose diciendo que todo había sido una broma. Pero no. Lo que presenciaron aquel día de 1974 no fue un broma de mal gusto sino el suicidó en directo de Christine Chubbuck.



Este hecho sirvió de inspiración a Sidney Lumet para rodar Network (Un mundo impacable), una de las sátiras más brutales e inteligentes sobre el poder e influencia de la televisión que se han realizado jamás para la gran pantalla. Un mérito importante teniendo en cuenta que el mundo televisivo ha sido satirizado hasta la saciedad tanto en la televisión como en el cine. Lumet consigue en esta película poner sobre la mesa algunas de las cuestiones fundamentales que rodean a este medio, como su capacidad de manipulación, la homogeneización del pensamiento colectivo provocada por sus contenidos, la falta de escrúpulos y moralidad de sus mandamases y la validez del lema “en televisión vale todo”.

Network (Un mundo implacable) retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale, veterano presentador de un informativo, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su popular programa. Sin embargo, antes de abandonar la cadena, en una reacción inesperada, y ante el asombro de todos, anuncia que antes de irse se suicidará ante las cámaras, pegándose un tiro en directo. Este hecho sin precedentes provoca una gran expectación entre los televidentes y los propios compañeros de Howard.


El final de Network es una de las hipérboles más inteligentes que una servidora ha visto jamás en la gran pantalla. Howard Beale simboliza todo aquello que es eliminado porque a los poderosos no les interesa que continúe su emisión y representa a todos aquellos contenidos que se suprimen de la parrilla televisiva por no cumplir con las expectativas de los directivos y de la audiencia.


“HENRY, RETRATO DE UN ASESINO” de JOHN MCNAUGHTON (1986) - Por Paul Torres


Sin dudas el nombre de Henry Lee Lucas estará siempre presente en boca y sobretodo en la memoria de todos los norteamericanos, y no por ser alguna especie de héroe nacional, sino por lo impactante y macabro de su historia. Henry creció en medio de una familia desestructurada, envuelto en maltratos, alcohol (su padre) y la prostitución (su madre y posteriormente el mismo). Viola (madre de Henry) fue una mujer calculadora y manipuladora, que constantemente maltrato físicamente a su hijo, llegando al punto de hacerle perder el ojo izquierdo en su niñez, no contenta con ello, vestía de mujer al pequeño Henry y lo mandaba así al colegio, provocando la burla y humillación de sus compañeros, esto sin dudas marcaria su niñez, y tendría consecuencias funestas más adelante.


A la edad de 23 años aproximadamente, en una discusión que sostenía con su madre, este terminaría asesinándola y posteriormente violándola. Naturalmente iría a la cárcel y durante 4 años sería sometido a rigurosas pruebas de electroshock en una institución mental, posteriormente seria llevado a la cárcel, donde sufriría constantemente violaciones por parte de sus compañeros y en 1975 seria puesto en libertad, es desde ese entonces en donde comenzaría a tejer su historia.


Es pues esta historia que tomaría el director John McNaughton para realizar en 1986 su película “Henry, retrato de un asesino”, el cual recién se pudo estrenarse en 1989 por diferentes problemas de distribución. Este trabajo es sin dudas uno de los más inquietantes en cuestión a los asesinos seriales que se han visto a lo largo de la pantalla, con una narración “llana” en cual conforme corren los minutos se empiezan a acumular los asesinatos, pero se dan de forma inesperada, casual, repentina, causando en el espectador sobresaltos, llegando hasta la desesperación. Destacando el realismo de las escenas, que sin dudas han sido muy bien logradas.

Hay una serie de elementos que destacan en la película, uno de ellos es sin dudas el guion muy bien logrado, el cual fue trabajado notablemente por el director en colaboración de Richard Fire, notándose ciertas referencias de películas notables como Psicosis entre otros.


Otro punto a destacar de la película, tiene que ver con las actuaciones, el trio que sin dudas sube la historia y toda la película en sí, la interpretación del trío protagonista es magnífica, también difícil de ver por cualquier ejemplar contemporáneo. La violencia y la asepsia emocional que sugiere Michael Rooker son tremenda, sin caer en sobreactuación alguna.

La película presenta una fotografía naturalista, siendo un genial Charlie Lieberman el responsable directo de ello, impresiona sin dudas los pasajes de la ciudad de Chicago donde transcurre gran parte de la historia.

La cinta de McNaughton es una obra perturbadora de culto del cine independiente norteamericano el cual obtuvo reconocimiento a mejor película en el Festival de Sitges de 1990.


Debo advertir que las escenas que se muestran son explicitas y pueden llegar a incomodar a los más susceptibles, una de las escenas que estarán siempre en la retina de quien vea esta notable cinta tiene que ver con el asesinato de dos prostitutas, para la cual Henry les rompe el cuello, y luego sin inmutarse se va con su compañero a comer unas hamburguesas. Para concluir debo mencionar que existirá la duda sobre el alcance de las matanzas de este perturbado personaje, en una supuesta confesión realizada por Henry se adjudicó el asesinato de más de 900 personas, aunque otros dicen 360.

Película altamente recomendable para todo aquel amante de este tipo de cintas.


¿PELÍCULAS BASADAS EN HECHOS REALES? REALMENTE NO..... NI UN POQUITO!!! - Por Rommel Vásquez Caro

Es cierto que muchos directores toman una idea de algo que sucedió en la vida real y lo cambian bien sea de acuerdo al factor de narración o para proteger las identidades de los involucrados en tal acontecimiento...pero que tal si te promocionan una película indicando que esta "basada en hechos reales" y todo es pura mentira... Te presentamos algunas de estas películas:



“El proyecto de la bruja de Blair”, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez (1999)


En la búsqueda del rating, Myrick y Sánchez idearon una leyenda urbana. “Enterraron” a todos los actores, “desenterraron” las cintas e hicieron el montaje de la película. Luego combinaron carteles de la película con anuncios sobre la búsqueda de los actores. Además, lanzaron un sitio web donde publicaron informes policiales y entrevistas al estilo de los noticieros. Como resultado, la película se volvió viral en la realidad y en Internet.


“The Strangers”, Bryan Bertino (2008)



El eslogan de la película decía: “Inspirado en hechos reales”, pero de hecho resultó que la historia era completamente ficticia. En su defensa, el director recordó los hechos del manipulador sediento de sangre Charles Manson y una historia de la infancia sobre tres jóvenes que robaban las casas en su cuadra. Pero la campaña de publicidad dio sus frutos. La película rentabilizó su presupuesto casi 9 veces.


“This is Spinal Tap”, Rob Reiner (1984)



Esta historia real fue mucho más allá de las cámaras. Un falso documental sobre una banda de rock ficticia, cuyo éxito está en decadencia sorprendió a los espectadores que no tenían idea de ningún “Spinal Tap”. Pero después de un tiempo a los británicos les gustó la película y ellos empezaron a escuchar las canciones de la banda de rock de ficción. La película se convirtió en un culto y la banda “Spinal Tap” es reconocida a escala global.


“La masacre de Texas”, Tobe Hooper (1974)



El director de esta película fue más allá. Además de la trama ficticia también designó fechas específicas para los hechos “reales”. Hooper afirmó que la película se basaba en la historia de Ed Gein, pero el parecido con el maníaco real es insignificante. Vamos a celebrar que esta película cruel es solo un producto de la imaginación.


“Fargo”, los hermanos Coen (1996)




Al principio de la película los hermanos Coen advierten que la trama se basó en hechos reales en el estado de Minnesota y los nombres de los personajes están cambiados para proteger a las personas reales. Este hecho por supuesto intrigó a los espectadores. Más tarde, los directores admitieron que tal historia podría haber sucedido en realidad pero aún no se habían enterado......que descaro no?


“Posesión satánica”, Ole Bornedal (2012)



Existen tales cajas dybbuk, es verdad. Pero el guion de la película que cuenta sobre una familia que compró una caja con un espíritu malvado adentro es ficticio. Una caja vintage alrededor de la cual giraba toda la historia es realmente algo interesante. Uno por uno, sus dueños contaron historias extrañas y trataron de deshacerse de ella desde el primer día. Como resultado, la caja nefasta llegó al set.


“Contactos de cuarto tipo”, Olatunde Osunsanmi (2009)



Otro thriller pseudo-documental en el que todos creyeron. La película declara con firmeza que la desaparición de los habitantes de Nome es obra de los hombres verdes. Está repleta de “imágenes de archivo” y unas pseudo entrevistas. Esta historia convenció tanto a los habitantes de la ciudad, que en la realidad el alcalde mismo tuvo que asegurar a la gente que la trama era ficticia.


“Good morning, Vietnam”, Barry Levinson (1987)



El drama sobre un carismático locutor de radio, como se vio después, tiene algo real. De hecho, el personaje está inspirádo en el DJ Adrian Cronauer, pero el está cambiado más allá del reconocimiento, tanto como muchos hechos de la historia. Como el ex locutor de radio comentó posteriormente: “Esta historia no tiene nada que ver con la realidad, fue inventada para entretener”.


“Asesinos de élite”, Gary McKendry (2011)


La película de accion británica-australiana está basada en la novela “Los hombres de plumas” de Ranulph Fiennes, quien a su vez asegura que todo lo que describe ocurrió en realidad. El libro por cierto fue demasiado cuestionable, porque no creyeron en todos los “hechos” publicados en él. Fue esta reacción la que el autor buscó, decorando la portada del libro con una pregunta: “¿Realidad o ficción?”. Pero luego admitió que todo el proyecto era una ficción.