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"Cinema Paradiso"

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sábado, 14 de octubre de 2017

OCTUBRE DE TERROR: "RUBBER, EL NEUMÁTICO ASESINO" de Quentin Dupieux (2010). - Por Paul Torres


País: Francia
Género: Terror


Cuando Robert, un neumático inanimado, descubre sus destructivos poderes telepáticos, pronto pone su punto de mira en una ciudad, y, en particular, en una misteriosa mujer que se convierte en su obsesión. (FILMAFFINITY)


Tomen una película de monstruos, agréguenle un enfoque de metaficción – en donde los protagonistas son conscientes que están en una película -, y dénle esa historia a Diego Capusotto. Semejante experimento terminaría por resultar en algo similar a Rubber, el Neumático Asesino.

Como bien dice Stephen Spinella en su monólogo inicial, ésta es una película basada en la “falta de razón”. Esto es, las cosas pasan sin motivo alguno. Esto establece nítidamente el perfil de Rubber, el Neumático Asesino, comunicándole a la audiencia que se trata de un ejercicio en el absurdo. Es cierto que en los filmes pasan cosas inexplicables pero, cuando éstas pasan en tal cantidad que se transforman en la mayoría de la trama, todo termina en surrealismo puro. Y eso lo que ocurre aquí.
Por un lado tenemos a un grupo de gente que sería la audiencia “en vivo” de lo que ocurre en el filme. No importa si lo que pasa es en el pueblito cercano o a 100 kilometros o dentro de una habitación, ellos lo ven todo desde unos binoculares y discuten todo el tiempo sobre el significado de la historia. Por otra parte está la trama en sí, sobre un neumático que cobra vida, tiene poderes mentales, se obsesiona con una chica, mata a todo aquel que se interpone en su camino, y se emociona viendo carreras de NASCAR en la TV.


Por supuesto esta es una película eminentemente simpática, con un monstruo absurdo haciendo cosas absurdas, y en donde los personajes rompen todas las reglas del lenguaje cinematográfico standard cada vez que pueden. Los actores del filme se siente obligados a interpretar porque la audiencia los ve; pero, si no, le hablan directo a la cámara. A su vez la platea pasa sin comer dia y noche en medio del desierto, simplemente porque no pueden despegarse de seguir viendo el show.


Por supuesto es dificil criticar a Rubber, el Neumático Asesino, ya que lo suyo funciona más como una experiencia que como otra cosa. En un universo de reglas tan cambiantes, no hay manera de preveer hacia donde va el filme. Sólo es una excusa para presentar gags absurdos (y muy originales), parodiando clisés del cine de terror. Si hay algo que reprocharle, en todo caso, es que algunas escenas se sienten estiradas más de lo que deberían, y la construcción del absurdo es más simpática que hilarante. Pero eso no quita que uno recomiende de corazón a Rubber, el Neumático Asesino, ya que es una rareza que rompe todas las normas y se transforma en un film isla que merece verse.


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