Dirigida por Lisandro Duque, esta película está basada un cuento de Gabriel García Márquez, que se encuentra en su libro de narraciones "DOCE CUENTOS PEREGRINOS" con el nombre de "LA SANTA" y fue escrito en 1981. La película es muy fiel al escrito convirtiéndose sin duda en una de las pocas adaptaciones decentes de alguna obra de Garcia Marquez. En realidad es una película para televisión perteneciente al ciclo de AMORES DIFÍCILES, algunos países latinoamericanos tomaron estos cuentos e hicieron versiones fílmicas, .en este caso se trata de la correspondiente a Colombia. Es la historia trágica, cómica, fantástica e incluso musical de Margarito; un hombre viudo, común y corriente de una pequeña ciudad latinoamericana cuya hijita muere misteriosamente en sus brazos. Cuatro años después al exhumar el cadáver encuentran el cuerpo incorrupto, en perfecto estado, lozano, sonriente y con un delicioso aroma a flores frescas.
El suceso causa una típica reacción de sensacionalismo religioso en los coterráneos que muy dispuestos y enjundiosos, envían a Margarito y la muertica dentro de un bonito ataúd talla infantil a la mismísima Ciudad del Vaticano, Roma para que el papa canonice a la desde ya irremediablemente apodada: Niña Santa (Ni se cuestionen como hace para pasar por la aduana internacional un cadáver en un vuelo comercial, hay que pasar por alto esa incoherencia de salubridad básica en favor de la historia), ese aire bufón a realismo mágico que el relato literario le hereda a la novela la hace digerible a todo publico creyente o ateo, por que el humor está siempre presente en su estado mas cotidiano como cuando un oficial italiano sorprendido le pide a Margarito abrir el ataúd y explicar que trae ahí y luego se santigua anonadado aceptando el milagro que atestiguan sus ojos , o cuando después Margarito es llevado por un amigo a un tétrico museo católico donde exhiben las momias maquilladas de unos santos y mártires antiguos y la reflexión de ambos es : "esta que traemos es de verdad, a las otras se les nota lo muertas" .
Luego Margarito se suma como uno más al ecosistema humano de Roma al hospedarse en una vieja pensión habitada por todo tipo de personajes marginales y coloridos probos y profanos, putas, mimos y delincuentes que de algún modo son tocados, transformados por el magnetismo sobrenatural de la santa, y por la santurrona y resignada actitud del bigotón protagonista. La odisea urbana de Margarito, interpretado por el fantástico actor colombiano Frank Ramírez, hace acto de contrición humana con el espectador que se conmueve con un suceso humorístico y dramático al que no se le puede negar su naturaleza metafísica. Roma es mostrada por momentos como avejentada y sepulcral con sus calles talladas de piedra y mármol, fastuosa y apastelada con la opera gritona y elitista. Son los ecos mortecinos de la ciudad vibrante y sensual de Fellini sublimados en la mentalidad latina de un narrador pretencioso como Márquez y de un director competente como Lisandro Duque. Una pequeña obra de orfebrería cinematográfica que puede gustar a las mentalidades más abiertas e inquietas en la generación internet porque MILAGRO EN ROMA no es una cinta religiosa con ínfulas bautismales como la pasión de Cristo o los diez mandamientos, es un drama surreal con todas las de la ley digno de Buñuel . Es una aventura personal sobre la resistencia ante la adversidad, sobre la trascendencia de lo cotidiano, sobre dar significado a ese sentimiento manoseado y prostituido llamado amor.
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