Tras estar encerrado varios años en una institución mental, el
impulsivo y rebelde Juan (Renaud Verley), decide regresar a su pueblo
natal para llevar a cabo una cruel venganza en contra de su tía Marta
(Viveca Lindfors) y sus tres hijas, culpables de su estadía en el
manicomio. Mientras el pueblo se prepara para la instalación de la nueva
campana de la iglesia, Juan acondiciona la abandonada casa de su madre
para sus maquiavélicos planes…
El sevillano Claudio Guerín Hill, era un prometedor director español, que anteriormente había cosechado el éxito con “Los Desafíos” y “La Casa de las Palomas” en donde tocaba temas transgresores sin tapujos. Para la película “La Campana del Infierno”, se decantó en grabar en la pequeña localidad gallega de Noya, en donde las vetustas casas de campo y el casco urbano del pueblo, y en especial la Iglesia de San Martin, eran el perfecto trasfondo para una historia llena de perversiones y venganza, dotándola de un aire de terror, el cual nunca se imaginaron que terminaría siendo tan real.
Con una atmósfera hermosa y elegante, combinada con secuencias grotescas y vulgares, Guerín Hill raya en lo pretencioso, con encuadres imposibles y secuencias subjetivas que exponen su condición de director novel, esta misma pretensión de Guerín Hill sería su perdición. En parte por el exceso de crueldad en una escena en un matadero de animales, como la misoginia inherente en la venganza del protagonista, sería la fatídica escena del campanario la que terminaría costándole la vida al director. En la iglesia de San Martín en Noya hay un inacabado campanario que Guerín Hill “concluiría” utilizando utilería, dicho campanario servía como trasfondo e insospechado protagonista de la historia; mientras Guerín Hill estaba preparando un plano complicado, quiso saltar de del pasadizo improvisado que unía ambas torres a un voladizo de la iglesia, pero perdió el equilibrio y cayó al vacío desde veinte metros de altura; muriendo antes de llegar al hospital. Juan Antonio Bardem completó la filmación de la última secuencia que faltaba, apenas 7 minutos del rodaje final. Algunos atribuyeron la caída del director como un suicidio, tras descubrir una infidelidad de su novia, la actriz Pilar Miró, sin embargo fue uno de los rumores que se encargaron de cubrir con un halo maldito a la película en España, la cual nunca llegó a ser lanzada en medios físicos en el país. Otro rumor bastante morboso es que algunos vecinos del pueblo aplaudieron al ver cómo se desplomaba el director, creyendo que era parte de alguna secuencia de la película.
La tragedia en el rodaje de “La Campana del Infierno”, no hizo más que asentar la maldición de la torre inacabada de la Iglesia de San Martín en Noya, la cual según una leyenda local, cualquiera que trate de terminarla tendrá como destino la muerte inmediata. Aunque la respuesta oficial sobre la no culminación de la obra, se debe a asentamientos en el terreno, lo cierto es que el misterio sigue envolviendo al edificio y dejando con interrogantes a sus visitantes.
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