“I racconti di Canterbury / Los cuentos de Canterbury” es una película italiana de 1972, dirigida por Pier Paolo Pasolini, y basada en “Los cuentos de Canterbury” del escritor inglés Geoffrey Chaucer. Está protagonizada por un amplio reparto coral, en el que destaca el propio Pier Paolo Pasolini como “Geoffrey Chaucer” a suerte de mudo espectador y narrador.
Un grupo de peregrinos, entre los cuales se incluye Geoffrey Chaucer (Pier Paolo Pasolini), se dirige con ansiosa fe a la catedral de Canterbury, Inglaterra, por sugerencia de su guía se dedican a relatar cuentos, para entretenerse en las largas noches de descanso y en los días de fatigoso caminar. El joven Nicolás logra conquistar a la mujer de un adinerado carpintero, aprovechándose de una superstición; dos estudiantes se vengan de un molinero que vive de robarles harina a sus clientes; un fraile recibe su castigo en el infierno por su codicia, son algunas de las historias que se cuentan, todas aderezadas con la visión satírica de Pasolini, y que sirven de medios para tratar el lado más mundano de la gente de la Edad Media europea.
“Los Cuentos de Canterbury” es la segunda película de la llamada “Trilogía de la Vida”, iniciada en 1971 con “El Decameron” y finalizada con “Las Mil y Una Noches” de 1974, las cuales le traerían a Pasolini un gran éxito tanto en con la crítica como con el público, triunfando en los festivales de cine de Cannes, Berlín y Venecia. El director nos ofrece un cuadro de personajes de distintas clases sociales en su lucha y anhelo por la vida, adaptando las historias a los problemas sociales que predominaban en los años setenta. Más allá de las clásicas representaciones de la Edad Media, nos muestra la voz del pueblo, ofreciéndonos sus pasiones y deseos, tema recurrente de la filmografía de Pasolini.
Tal como su nombre lo dice la “Trilogía de la Vida”, muestra la percepción de Pasolini sobre la vida, en donde tienen un lugar importante las relaciones humanas, los actos de pasión y de fiesta, los momentos íntimos, de procreación y de gozo sexual. En cada escena de la película se observa la sexualidad a flor de piel, todos los personajes está movidos por sus instintos básicos y en busca de satisfacer sus propias perversiones, en un perfecto balance erótico sin caer en lo estrictamente vulgar pero sin utilizar la autocensura. Además se utilizan tanto elementos paganos como “El Jardín de la Delicias”, como también referencias religiosas como “El Diluvio” y “El Infierno”.
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