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"Cinema Paradiso"

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sábado, 21 de enero de 2017

Sebas, o el secreto que muchos quieren callar



El 18 de enero se estrenó en Caracas lo más reciente del realizador José G.Hernández. El filme, en palabras de su propio director “dice lo que muchos quieren callar”. Reseñas Cinéfilas estuvo en su lanzamiento.

Ernesto Soltero

Una de las primeras cosas que nos aclara José Gregorio Hernández, realizador de la película El Secreto de mi Amigo Sebas, es su precaución al co-escribir el guión y contar la historia. Al igual que otras películas venezolanas, “Mi amigo Sebas” se basa en una historia real, cuidándose de utilizar nombres o lugares reales, o al menos cambiándolos sutilmente, tal como se hizo en el pasado con filmes ya clásicos como Cangrejo (Chalbaud, 1984) evitando, de esta manera, percances legales como el de la película El Inca (Castillo, 2016) censurada el año pasado por una orden judicial.

La historia, sórdida, sin embargo, no es contada por simple capricho. Es cercana al director (quién además produce, y hace dos papeles) no sólo por la cercanía geográfica (se desarrolla en Zulia, tierra natal del cineasta) sino porque la familia del involucrado (no del actor, sino de la persona que inspiró a uno de los personajes protagónicos) es allegada a la familia del director.


El Secreto de mi amigo Sebas es además una cinta hecha con presupuesto privado, algo digno de admirar en un país como Venezuela. El mismo realizador ha invertido su propio dinero, arriesgándose con una producción poco convencional, aunque no por ello difícil de entender. Entre sus referencias están Gaspar Noe y John Cameron Mitchell, conocidos por sus controvertidas obras. La carrera paralela del director, quién es además, médico cirujano, ha servido para conseguir los fondos necesarios.

Realidad grotesca, pero intencional

El Secreto” es una película chocante. Si bien, desde hace algunos años, el tema de la identidad de género ha sido una constante en el cine veneco, con cintas galardonadas en festivales como Cannes o en certámenes como los Goya, aquí el tema es abordado desde una perspectiva poco digerible, incluso para el público homosexual. Hay un momento en el cual presenciamos sexo heterosexual, y sin embargo, no es algo que se vea con beneplácito. No necesariamente se tratan de escenas grotescas, es que hay mucha realidad.

El film está entre lo masivo y lo experimental. Tiene un estilo narrativo no líneal, al cual nos hemos ido acostumbrando desde los ´90 gracias a directores como Tarantino y Noe. José G. Hernández está, sin embargo, más cerca de este último. No hay nada de humor negro en su propuesta. Todo ello se adereza con movimientos bruscos de cámara y una música incidental a veces perturbadora, elementos estos que no son colocados al azar.



En cuanto al score del film, éste pertenece a Alejandro Silva, un autor que sigue un poco la línea de compositores como Miguel Angel Fuster, quienes añadieron algo de música progresiva al cine venezolano durante los años ´70/80. Hay además una influencia digamos “Almodovaresca”, al incluir piezas musicales de cantantes como Yuri e Isabel Pantoja, quienes nos ubican no sólo en la década de los ´80, sino también en el ambiente gay.

De las actuaciones, la más destacable, sin duda es la de William Goite, conocido por sus papeles en otros films exitosos como Azul y no tan Rosa o Las Carasdel Diablo. Se desdobla en el personaje hasta volverse irreconocible. El joven Favio Nayid por otra parte, representa bien la nueva camada de actores nacionales, aunque el tiempo nos dirá cuan versátil es como artista histriónico. En cuanto al director cumple bien su rol en los dos papeles a su cargo, aunque como hijo de Sebastián Toledo, el personaje que le da nombre al film, logra un acento más neutro que castellano.

Una película interesante desde el punto de vista artístico, la cual, posiblemente, generará taquilla al tratar un tema tabú, poniendo el dedo en la yaga al resucitar un caso que conmocionó a la sociedad marabina a principios de los años ´80. Tal como ocurrió con películas como Irreversible (la comparación no es casualidad) seguramente obtendrá algunas críticas negativas basadas no en la calidad del film, sino en su uso poco amigable del sexo y la violencia. Recomendable para quienes necesitan historias e imágenes duras para hacer catarsis.

Sobre el Director

José Gregorio Hernández no es ningún santo ni venerable. Es un cineasta y médico cirujano zuliano que en ocasiones ha mezclado el área audiovisual con la medicina, particularmente a través de programas televisivos como Medicarte. Nada de eso se ve en la película, salvo en la profesión del protagonista y los análisis forenses. Su filmografía incluye dos cintas, Intimo Relato (su ópera prima) y Ámbar, ésta última a estrenarse a finales de año, con la actuación de Caridad Canelón.



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