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"Cinema Paradiso"

"Cinema Paradiso"

martes, 28 de febrero de 2017

CALIGULA

CALIGULA, Tinto Brass, 1979.
 
Concebida por Bob Guccione mandamás de Penthouse como el “Ben Hur” de las películas para adultos con un presupuesto absurdamente inflado para la época (más de 17 millones de dólares), 2 años de rodaje, un elenco multiestelar (Malcom McDowell como Calígula, Peter O’toole como Tiberio, John Gielgud como Nerva, Helen Mirren como Caesonia y Teresa Ann Savoy reemplazando a María Schneider en el papel de Drusila), un director con aires de genio erotómano, un guionista enojadísimo porque no se respetó su escrito y en los créditos hacían constar como basado en un guión original de Gore Vidal, un montaje postproducción que añadía escenas porno con las muñequitas de la empresa y un montón de peleas físicas y verbales entre todos los involucrados dieron como resultado una infame cinta en la que prima el morbo sobre el espectáculo.


La historia de CALÍGULA ( 12 al 41 D.C.) tercer emperador del imperio romano asciende al poder luego de dar muerte a Tiberio, lleva una relación incestuosa con su hermana Drusila quien le aconseja que tiene que casarse para tener descendencia y escogen a una mujer divorciada llamada Caesonia de moral muy dudosa y pronto el poder empieza a desequilibrar la mente imperial haciéndole proclamarse Dios, nombrar senador a su caballo, asesinar y torturar a sus opositores y establecer un burdel donde los clientes podrán disponer de las esposas e hijas de los patricios. El senado y el ejército indignados por los continuos oprobios deciden darle muerte poniendo a Claudio, un oligofrénico (hay quien dice que fingía a propósito) en su lugar.



Peplum descaradamente provocador que con el pretexto de la época servía para mostrar los excesos del poder y que según cuentan en el original de Vidal subyacía una carga crítica similar a SALÓ de Pasolini pero que ni Brass y peor Guccione compartían esa visión así que reemplazaron la utilización del sexo como instrumento de poder por devaneos carnales más fútiles. Sin embargo Giccione quería más y despidió al realizador italiano para añadir metraje pornográfico en unas cuantas escenas en particular aquella de la orgía en el burdel. McDowell se quejó constantemente que su personaje era tan afectado que solo concluyó el rodaje por su contrato. John Gielgud con total sorna afirmó que a sus 75 años había hecho su primer porno y Peter O’toole se la pasó borracho todo el tiempo que duró su participación. Así que del metraje filmado se manipuló tantas veces que nadie sabía el metraje real, incluso en 1984 la Penthouse la reestrenó sin cortes. Ahora con las restauraciones digitales tenemos en Bluray el disco con las dos versiones, la “normal” de cerca de 2 horas de duración y la porno con 40 minutos más.


Tras su exhibición y conociéndose los entretelones de su filmación algún periodista inquirió a Gore Vidal si no había pensado en el suicidio a ver tan maltratado su prestigio a lo que el escritor respondió: En el suicidio no, pero en el asesinato a menudo. Sea quien haya sido el responsable del resultado final lo que se suponía iba a ser una epopeya sobre la orgía del poder terminó siendo la PELICULA, sí con mayúsculas , del poder de la orgía (sic).
Película de romanos no apta para la Semana Santa.

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